Utilizan naturaleza para construir
Uno de los espacios dedicados precisamente a resaltar y mantener vivo el legado histórico de esta población, es el Sendero Educativo Taíno, en el Jardín Botánico Nacional, que aunque tiene como principal propósito mostrar la evolución de la flora desde la época de los taínos, también comprende un recorrido donde el visitante puede aprender sobre sus principales costumbres de manera dinámica.
De acuerdo con Brígido Peguero, coordinador de la Ruta, este espacio que consta de aproximadamente mil metros permitirá al visitante “aprender sobre la etnobotánica, así como de la historia del uso de nuestras plantas desde esa época y después de la llegada de los europeos”.
La Ruta consta al principio de construcciones taínas, como bohíos y caneyes. Le sigue una serie de plantas que usaban con fines medicinales, alimenticios, y alucinógenos, que fueron introducidas tras la llegada de Colón.
Algunas de estas son yuca, guáyiga, guayaba, jicaco, anón, guanábanas, mamey o Anadenanthera peregrina (la alucinógena que usaban los indígenas en el rito de la cohoba), igualmente café, cacao y la caña de azúcar.
“Hermanos Guillén” también es otro Utensilios utilizados por los taínos.
proyecto en el país que conserva la esencia taína. Éstos crean piezas de barro inspiradas en la cultura de los primeros habitantes de Las Antillas. Realizan réplicas de dioses y otras figuras de devoción.
En la entrada de la iniciativa, emplazada en Monte Plata, los hermanos Guillén han decorado con piezas de los principales dioses de este grupo, como el dios Sol, la diosa Luna, Atabeira, el dios de la lluvia, entre otros. Está dirigido por Ramón y Esteban Guillén.
Asimismo, hemos adquirido del idioma arawak algunas palabras. Esencialmente, son nombres de objetos, lugares, flora, y fauna que no existían en el idioma español. Canoa, huracán, hamaca, caimán, barbacoa, tabaco, maraca, iguana, y matantí, son un claro ejemplo.
También palabras y expresiones como mabí (un jugo natural), macana (arma de policía), y macuto (mochila de mano). La frase taína “un chin” o “chin-chin” significa una cantidad pequeña, y es tan común como la frase española “un poquito”.
Igualmente, gran parte de las ciudades, campo, ríos y lomas de República Dominicana poseen nombres indígenas. Algunos ejemplos que registran varios libros son Amina, Bao, Bonao, Cotuí, Cutupu, Dajabón, Damajagua, Guajaca, Guayubín, Inoa, Jacagua, Licey, Magua, Maguana, Mao, Nagua y Samaná. Además, ríos como Haina, Maimón, Ozama, Sosua, Tireo, y Yaque.
Una peculiaridad es que la palabra “conuco”, aunque perdió su significado como método de cultivo mixto a la milpa indígena de América Central, ha retenido el concepto como pedazo de tierra que se usa para la agricultura, subraya Peguero, quien reconoce que los dominicanos manTambién, en los campos del interior de nuestor país todavía los higüeros son utilizados para elaborar vasos, tazones y envases. Los macutos, bolsas de fibra de guana o cana, aún se usan, pero son menos apreciados por la disponibilidad de sacos de plástico y papel. Canastas hechas de bejuco, palmas, cabuya, y otras fibras nativas, todavía se usan para envases, según se ha podido constatar.