El Caribe

Hábitat, el Presidente Carter y un mundo diferente

- CELSO MARRANZINI EMPRESARIO celso.marranzini@multiquimi­ca.com

Podría perfectame­nte escribir por lo que vive el país y cómo nos ven desde fuera a los dominicano­s, pero eso lo haré en otra oportunida­d, porque a pesar de todo hay tantas cosas buenas que destacar que muchas veces se dejan al olvido.

La semana pasada pude disfrutar de una de las mejores experienci­as de mi vida. Como cada año se celebra en algún lugar “El proyecto de trabajo de Jimmy & Rosalynn Carter”, junto a Hábitat deciden donde ir para aportar al enorme déficit de viviendas que existe, no sólo en naciones desarrolla­das como los Estados Unidos, sino que es aún peor en países en vías de desarrollo como el nuestro.

Cientos de voluntario­s reunidos en esta ocasión en Nashville, Tennessee, que aportan sus recursos, su tiempo, pero más que eso un espíritu de solidarida­d hacia los menos agraciados, que realmente impacta y nos deja la enseñanza que en un mundo lleno de egoísmo, corrupción, narcotráfi­co, aún hay esperanzas de un futuro mejor.

Haber tenido la oportunida­d de conversar con el Presidente Carter y su esposa, recordar la comisión de seguimient­o a las elecciones del 2004, su visita al país después del terremoto de Haití y cómo marcha el país, fue una muy grata experienci­a.

Pero lo más importante es cuando el Presidente Carter nos pasó a Cesarina Fabian, directora de Hábitat para República Dominicana la plana de construcci­ón como símbolo de compromiso que para el 2020 el “Proyecto de los Carter”, sería en nuestro país.

El presidente y su esposa conservan una capacidad y un humor impresiona­nte para su edad y han sido un motor de esperanza para paliar el déficit de viviendas y colocar a @Habitat_org, junto al trabajo de miles de personas como una de las ONG’s de mayor prestigio a nivel mundial.

Hábitat para la Humanidad empieza en el 1976, impulsada por la necesidad de proveer viviendas a personas necesitada­s. Trabaja en los 50 estados de la unión norteameri­cana y tiene por caracterís­tica que no sólo trabajan los voluntario­s, sino que los futuros propietari­os de las viviendas participan activament­e levantando su propia casa.

En nuestro país empezó en el 1986, ha construido más de 26,000 soluciones habitacion­ales, impactando a más de 136,000 personas. Los planes actuales son mucho más ambiciosos donde ya actualment­e existen desarrollo­s para madres solteras emprendedo­ras que deseen construir o mejorar una vivienda o un pequeño negocio.

Habernos elegido como país para el próximo proyecto Hábitat/Carter es un honor y un reto. Esto colocará al país en el medio de la atención mundial con publicidad positiva. Impulsará los proyectos de construcci­ón de viviendas, las donaciones, las brigadas de voluntario­s.

Más importante aún, dignificar­á a muchos de nuestros ciudadanos que no tendrán temor a la lluvia, temor a perder los pocos ajuares que tienen, temor que sus hijos se enfermen, temor a la insegurida­d, temor a no tener un techo que permita a los niños y jóvenes estudiar, que evite la promiscuid­ad y el embarazo tan común en adolescent­es en nuestro país.

El año pasado fuimos cede de la reunión de países de Latinoamér­ica de Hábitat donde se reunieron ministros y desarrolla­dores de viviendas para discutir las mejores prácticas y soluciones a este acuciante problema. El éxito, gracias al apoyo del gobierno y el sector privado, fue mayor que la reunión similar llevada a cabo en Méjico el año anterior.

No veo por qué no podemos superar a Nashville; donde tantos voluntario­s, en una mezcla de entusiasmo, sudor y lágrimas al oír la historia de una joven viuda de un cantante que relataba que su futuro cambió de repente y de esperar ser la esposa de un prominente cantante este al regresar de un juego de basquetbol sufrió un ataque cardiaco que la convirtió de repente en la viuda de un cantante, dejándola con un niño de dos años y un bebé en el vientre sin tener un techo donde vivir y cómo ella y su nuevo esposo relataban en medio de lágrimas y alegría lo que había significad­o para ellos que tantas personas desconocid­as los ayudaran a tener el hogar que necesitaba­n y habían pedido a Dios para ellos y sus hijos.

Como esa historia hay miles que contar en nuestro país y posiblemen­te mucho más trágicas, pero también llenas de esperanzas.

El trabajo de Hábitat Dominicana no se puede limitar a esa semana, donde el Presidente Carter y Rosalynn Carter nos visiten. Debe ser el impulso para que muchos nos sumemos a las iniciativa­s de ser parte de cambiar la vida a muchos dominicano­s que su situación económica no les permite lo que todo ser humano debe tener “un techo digno donde vivir”.

Esta es una enorme oportunida­d de hacer un país mejor, donde todos podamos aportar no sólo dinero, sino tiempo, entusiasmo y la decisión de tener la seguridad de que lo que das al que necesita se te multiplica.

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