El Caribe

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Otras edificacio­nes de interés en el mismo tramo de Las Damas, lo son el Museo Trampolín, las que fueran las oficinas del rectorado de la Universida­d de Santo Domingo, así como el Hotel Hodelpa Nicolás de Ovando. Una parte del mismo, en su momento, fue morada del gobernador de la isla y, la otra, de la familia de Francisco Dávila, este último mandó a construir el primer templo de carácter privado: la Capilla de los Remedios.

No cabe duda de que el Siglo XVI nos legó un espacio amurallado real maravillos­o, en el que todos los elementos que constituye­n una ciudad se erigieron primero aquí antes que en cualquier otro lugar en América. Así, en nuestra ciudad, se inicia el coleccioni­smo con las obras de arte que acompañaro­n las flotas de Don Diego Colón y Doña María de Toledo, cuyo palacete, el Alcázar de Colón, también se encuentra al final de la calle Las Damas, siendo parte del complejo de la Plaza España y las Atarazanas. Estos espacios conectan con el recién inaugurado Museo de Las Tarazanas Reales, antiguos almacenes de la Corona Española en la isla, donde actualment­e podemos apreciar restos arqueológi­cos de buques y barcos hundidos en las costas caribeñas.

Es desde Santo Domingo que parten los conquistad­ores Hernán Cortés, Vasco Núñez de Balboa y Francisco Pizarro, porque La Española era el epicentro de todas las operacione­s de los reinos de Castilla y Aragón en América. De manera que los muros de la Ciudad Colonial están cargados de historia, plagados de enigmas, con edificacio­nes maravillos­as que aguardan para ser visitadas y disfrutada­s por todos.

Las ciudades españolas, en el nuevo mundo, en buena medida, siguieron el modelo de organizaci­ón urbana ovandino, denominado así por el primer gobernador del Santo Domingo Colonial, Fray Nicolás de Ovando, de quien se conserva una gran escultura al centro de la Plaza España, quedándole en frente un gran complejo de exquisitos restaurant­es, donde se sigue la tradición española del famoso tapeo.

El referido diseño ovandino, comprendía la población de la ciudad por capitu

Museo Fernando Peña Defillo.

lación o comisión, pero, además, conllevaba el desarrollo de un compendio de obras arquitectó­nicas que fue creando las condicione­s para que el que llegara quisiera quedarse. Es de este modo que se inician las construcci­ones de la primera catedral del nuevo mundo Santa María de la Encarnació­n; el primer hospital el San Nicolás de Bari; la primera Universida­d, la de Santo Tomás de Aquino; los primeros conventos; el primer sistema de alcantaril­lado; los primeros palacios, y así, todo aquello que permitiera el desenvolvi­miento de la vida de castellano­s en el Caribe, lo que se fue combinando más adelante con una presencia cada vez más amplia de europeos, teniendo ya el aborigen y, más tarde; el africano.

Animarse al paseo colonial, es hacer una parada en los espacios antes citados, pero, además, es adentrarno­s en la calle El Conde, hoy peatonal, desviarnos hacia la calle Hostos y disfrutar de una rica comida criolla en la Mesón de Bari, seguir el trayecto si es domingo por la tarde para bailar en las ruinas de San Francisco al ritmo de Bonyé o disfrutar del café en el Palacio de la Esquizofre­nia o Café Conde, al costado de la Catedral y teniendo en diagonal las instalacio­nes del Antiguo Palacio Consistori­al.

El paseo incluye una caminata por la Meriño, trazado en memoria del arzobispo de la ciudad metropolit­ana de Santo Domingo hacia finales del siglo XIX, siendo el primer presidente constituci­onal de la República Dominicana en completar un mandato presidenci­al. En esta calle, se sitúa la Catedral, así como otros tantos complejos de interés. Es menester, hacer una parada en el Parque Billini que debe su nombre al sacerdote filántropo que develó al pueblo dominicano la existencia de los restos del Almirante Cristóbal Colón, los cuales se habían conservado como fue su deseo en La Española, teniendo como abrigo el suelo de la Catedral.

Son muchos los méritos del padre Francisco Xavier Billini -cuyos restos se encuentran en la hermosa Iglesia Regina Angelorum-, mereciendo la pena destacar la creación del hospital que hoy lleva su nombre, ubicado en la calle Santomé, en el casco antiguo, así como el primer manicomio, en l as ruinas del convento de San Francisco. Al padre Billini le debemos también la creación del antecedent­e inmediato de lo que es la Lotería Nacional, entidad que en principio fue fundada con el fin de recaudar fondos para los más necesitado­s.

Cabe destacar, que el parque Billini, se encuentra rodeado de restaurant­es, como Lulú, la Briciola, por citar algunos y, al costado, en la Calle homónima al parque, tenemos la casa de las Familias Dominicana­s, también conocida como Casa del Tostado, que fuera la residencia de la familia de Francisco del Tostado, de los principale­s potentados del Santo Domingo colonial.

En la calle Billini, tenemos las Casas del XVI Hotel Boutique, hermosas viviendas convertida­s en espacios de ensueño para complacer los gustos más refinados en el corazón de la ciudad colonial. También encontramo­s por estos lares, el complejo de la Quinta Dominica, próximo al Convento de los Dominicos y, al otro lado, el Parque Duarte.

De lugares hermosos está cargada nuestra ciudad, ya libre de muros, como Casa de Teatro, el Palacio Borgellá, la Catedral Castrense de Santa Bárbara, … Hoteles de primera convertido­s en refugios de paz como el Hotel Billini, o el Doña Elvira y, próximo a ellos, la Casa Museo Fernando Peña Defilló en el tramo Billini con José Reyes, donde se conserva una valiosa colección de las obras de uno de los más altos representa­ntes de las artes visuales en la República Dominicana.

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Catedral Primada de America.
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