AFECTADOS POR ROTURA DE TUBERÍA ESPERAN QUE LOS AYUDEN
Gente como Agustín de la Rosa, Jorge Galván y Aneudys Fabián han tenido que pedir dinero prestado para reparar sus viviendas, mientras esperan que las autoridades les den las ayudas prometidas.
A tres semanas de la rotura SANTIAGO. de las tuberías del tanque de agua en el Ensanche Mella I que afectó cientos de familias, algunas esperan la compensación por los daños y otras piden ser reubicadas.
Aunque reconocen que del Plan Social de la Presidencia les han llevado alimentos y artículos de primera necesidad, residentes en el lugar denuncian que las autoridades de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago “los quieren meter a todos en el mismo saco”, ofreciéndoles una ayuda de 40 mil pesos al igual a quienes vivían en solares invadidos, pero ellos tienen sus títulos de propiedad.
Ese es el caso de Agustín de la Rosa, quien tuvo que tomar dinero prestado para reparar su casa, ya que desde la catástrofe estaba viviendo en una marquesina prestada. Expresó que las autoridades de Coraasan no han querido responderle, denunciando que están llamando a la gente a negociar y a darle lo que ellos quieran. Narra que fue el pasado viernes y le ofrecieron 40 mil pesos para reparar la casa y comprar electrodomésticos, y que no los aceptó.
“Ellos nos dijeron que nos están dando una ayuda para que empecemos desde cero, y nosotros no estamos pidiendo, estamos reclamando un derecho que nos corresponde, porque fue provocado por ellos, ellos me están ofreciendo como si viviera en tierra invadida, pero yo tengo los papeles de esta casa”, dijo de la Rosa,
En tanto que Jorge Galván y Aneudys Fabián, quienes vivían en una parte alta que se desplomó, piden ser reubicados en otro lugar, ya que temen se vuelva a repetir un derrumbe, pues la tierra quedó muy movida.
En el caso de Galván, de su casa apenas quedó el baño en pie, y dice está en la calle con sus dos hijos pequeños, sin fuente de trabajo, ya que con el desplome de la casa también perdió una “disco light” que alquilaba, y tampoco puede vender mariscos en la calle como lo hacía antes de la pandemia. “Las autoridades prometen y no vienen a hacer nada, este lugar amerita un desalojo”, expuso Fabián.