Sugerencias para atender las poblaciones afrodescendientes en América Latina
desigual, dejando en mayor vulnerabilidad a grupos históricamente excluidos y marginados, como es la población afrodescendiente”.
Sobre el país, en el reporte se llama la atención sobre la población afrodescendiente identificada a través de la Encuesta Nacional de Inmigrantes: “En el caso de República Dominicana, una porción significativa de la población afrodescendiente identificada a partir de la ENI (2017) habita mayoritariamente territorios que tienen una precaria o nula infraestructura de servicios de salud”.
Alba Reyes, coordinadora de ADESA explica que lo ideal sería tener políticas integrales para el manejo de la pandemia, que incluya trabajos de prevención. “Esa labor de orientación y acompañamiento de la ciudadanía debe tener énfasis especial en los grupos poblacionales y comunidades de mayor vulnerabilidad, incluso con acciones focalizadas para responder a sus necesidades concretas”, dijo.
Las consecuencias de no atender apropiadamente a las poblaciones más vulnerables o empobrecidas están a la vista en países como Estados Unidos y Brasil. Aunque, en sentido general en la región la pandemia inició por grupos de ingresos medios o altos, una vez que aumentan los contagios, los sectores empobrecidos o más vulnerables sufren los peores efectos.
En el documento Implicaciones del COVID-19 en la población afrodescendiente se sugieren, entre otras medidas:
• Facilitar el acceso a las tomas de muestras por COVID-19, la hospitalización y tratamientos médicos y el seguimiento epidemiológico para las personas afrodescendientes.
• Sensibilizar a los profesionales de salud y a las organizaciones afrodescendientes sobre directrices, resoluciones y lineamientos establecidos por los Ministerios de Salud Pública, OMS/OPS y Organismos Internacionales sobre l as medidas de prevención, contención y mitigación del COVID-19 en grupos étnicos.
• Velar para que en los procesos de ensayos y pruebas en búsqueda de vacunas, medicamentos y tratamientos para el COVID-19, no se apliquen criterios de selección racializados, en especial en población afrodescendiente.
En Nueva York, el Covid mata, proporcionalmente a más a personas negras y latinas, —entre los que se encuentran inmigrantes dominicanos y ciudadanos estadounidenses de origen dominicano — que a blancos y asiáticos.
La tasa de fallecimientos (por cada 100 mil habitantes) causados por el virus es de 22.8 en los hispanos, 19.8 en los negros, 10.2 en los blancos y 8.4 en los negros, de acuerdo con un artículo publicado por Jeffery C. Mays y Andy Newman en el New York Times.
En Brasil, es más probable que una persona negra muera a causa del Covid a que muera una persona blanca. “En la población negra, muere uno de cada tres hospitalizados por SARS causado por el coronavirus; mientras que en la población blanca muere uno de cada 4,4 hospitalizados” se reseña en un artículo de la Agência Pública, publicado en eldiario.es el 23 de mayo.
Estos datos, que también tienen que ver con clase social, vinculada al lugar de residencia de los grupos vulnerables en cada país, reflejan la importancia de focalizar políticas para evitar muertes entre los colectivos marginados porque “la salud es un derecho humano básico y el estado debe garantizarlo”, resalta Reyes.