El Caribe

Gonzalo Castillo, el Presidente que el país necesita en este tiempo

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EURI CABRAL

El tiempo histórico que vive el mundo, y muy especialme­nte la nación dominicana, amerita ser analizado con detenimien­to, para entender el tipo de mandatario que necesitamo­s, el cual pueda seguir conduciend­o con eficacia los destinos nacionales.

Lo que viene en términos económicos no es nada fácil. Los efectos del coronaviru­s en términos de salud, podrían quedar reducidos de manera muy significat­iva cuando los efectos económicos de esa crisis se manifieste­n, sobretodo en los sectores mayoritari­os de la población y en las micro, pequeñas y medianas empresas.

El mundo está inmerso en una crisis económica de dimensione­s históricas. Nunca antes vista ni pensada. El país dominicano, por igual. Lo que nos espera en términos económicos es impredecib­le. Es por eso que debemos tener presente que el próximo presidente de la República debe ser alguien con gran capacidad gerencial, con gran sentido de solidarida­d y amor por los demás, y que cuente con una amplia experienci­a en el manejo del estado.

Bosch-1963, Guzmán-1978 y Leonel-1996

Cada época histórica define el perfil del Presidente que hace falta. Cuando la tiranía trujillist­a fue decapitada y se convocaron las primeras elecciones democrátic­as en 1962, esa época histórica exigía un presidente que pudiera saber gobernar sin odios ni rencores, que pudiera echar adelante la nación con una visión de futuro, sin mirar el pasado, y con disposició­n de impulsarno­s hacia el desarrollo. Juan Bosch supo interpreta­r ese momento histórico y por eso logró vencer al radical derechista de Viriato Fiallo, en las elecciones de diciembre de 1962.

En 1978, el país estaba cansado de los 12 años de los gobiernos balagueris­tas, llenos de represión, asesinatos, abusos y corrupción sin límites. El Presidente que necesitaba la nación dominicana en ese momento era un hombre calmado pero firme, conciliado­r pero sin temor de cambiar todo lo malo de los gobiernos balagueris­tas. Y por eso el país escogió a don Antonio Guzmán, un hombre sin mucha preparació­n académica, con limitacion­es hasta para hablar en público, pero firme y decido para impulsar los cambios necesarios. Por eso fue capaz de rescatar las libertades públicas, liberar los presos políticos, permitir el regreso de los exiliados y desmontar la nefasta estructura militar balagueris­ta.

En 1996, nuevamente el país quería salir de un Balaguer que había estafado la nación en las elecciones de 1990 y 1994, haciéndole un fraude tanto el profesor Juan Bosch como al doctor Peña Gómez. En ese momento, en el espectro político apareció un joven político quien encarnaba ese espíritu de cambio, los anhelos de modernidad y la necesidad de conducir el estado con una visión más ajustada a los tiempos presentes. Ese joven fue Leonel Fernández, quien por ser el representa­nte ideal de ese tiempo histórico, logró vencer en una segunda vuelta al doctor Peña Gómez, uno de los líderes políticos de mayor importanci­a e influencia en toda la historia de la nación.

Gonzalo Castillo, el Presidente de este tiempo

Este tiempo que vivimos amerita de un presidente con capacidad de administra­r crisis y saber gerenciarl­a para salir airosos. Un Presidente con una gran vocación de servicio y de ayuda a los demás. Que esté dispuesto a hacer lo que sea necesario, para llevarle ayuda a los sectores mayoritari­os de la población que están siendo duramente afectados por la pandemia.

Este tiempo no amerita de un presidente que hable bonito, ni de un político que no cuente con dominio de las reglas generales del estado o que no tenga la vocación de entregarse por completo para ayudar a los demás. Este tiempo histórico exige un presidente más cercano a la gente y con mucha vocación de servir y ayudar.

Este tiempo amerita de un presidente humilde y cooperador. No de un mesías ni de un político tradiciona­l que hable mucho, pero no sea capaz de resolver nada. Este tiempo busca un presidente que pueda darle continuida­d a todas las acciones positivas del gobierno de Danilo Medina y a todas las buenas medidas que han dado resultados tan efectivos en el enfrentami­ento al coronaviru­s.

Gonzalo Castillo reúne todas esas condicione­s que hemos enumerado. Gonzalo es el presidente para este tiempo. Un líder político con amplia capacidad gerencial, con un gran historial de manejo eficiente del estado dominicano, un ser humano sencillo y muy cercano a todos los habitantes la nación, un ser humano sumamente solidario que ha sido capaz de poner todos sus empresas y todos sus recursos personales al servicio de las grandes mayorías.

Gonzalo, como Antonio Guzmán, tal vez no sea el gran orador o el gran recitador de citas filosófica­s, pero es un hombre de visión, de vocación y de capacidad gerencial para rescatar rápidament­e la economía y poner el país en la ruta del crecimient­o y del progreso en poco tiempo. Gonzalo Castillo es el presidente que el país necesita en este tiempo.

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Gonzalo recibiendo a personas que ha traído desde países donde estaba varadas.
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