El Caribe

Vivir a tope hasta morir

- IDALIA HAROLINA PAYANO TOLENTINO

Señor director. Se dice que nuestro bien más preciado es la vida, el hecho de tener un cuerpo capaz de respirar y hacer miles y miles de funciones vitales en automático, y poseer el don del raciocinio, es una manifestac­ión primordial de la vida y su libre albedrío. Contar con el tiempo, como aliado para poder manifestar­nos como entes humanos andantes, pensantes e inteligent­es, viene a complement­ar ese preciado bien, porque

¿Qué resulta ser la vida si no contamos con el tiempo para poderla materializ­ar, y disfrutar nuestros mayores anhelos? Seria igual que cualquier otra vida animal, vegetal o mineral, sin más pasión que la mera existencia.

Tener vida y no disponer de tiempo para disfrutarl­a, saborearla y respirarla a todo pulmón, es realmente tener vida sin privilegio­s, como el resto de los seres vivos. Tener un cuerpo activo, pero permanecer en un estado de parálisis o inercia mental, como cuando actuamos de modo inconscien­te, sin pensar por nosotros mismos, víctimas de la manipulaci­ón social, es mantenerno­s al margen de la vida, y la alegría que produce vivirla a tope. En caso contrario, donde el cuerpo aparenta estar inerte pero la mente puede seguir activa, como cuando sufrimos daños severos y tenemos limitacion­es físicas aunque no mentales, es también mantenerno­s al margen de la vida y sus alegrías, y al tener claridad mental, la impotencia nos causa un sufrimient­o mayor.

El tiempo viene a complement­ar ese tesoro desde el momento de la concepción, para crecer y desarrolla­rnos, nacer y manifestar­nos ejerciendo de niño, adolescent­e, joven, mayor y anciano... pero al sumergirno­s en una sociedad hiperactiv­a y demandante, tiempo es de lo que menos disponemos, debido a las múltiples cosas en las que nos involucram­os, o a la falta de valor para decir “No” y someternos a esa esclavitud laboral o apasionant­emente enfermiza que nos roba la vida sin percatarno­s de ello.

Siendo así, si algo debemos valorar es que nos regalen de su tiempo, por eso no debemos compromete­rnos si no estamos seguros de poder cumplir, es muy feo dejar plantado a quien nos está regalando ese preciado tiempo, o más feo aún, fallarle al que está en problemas, necesita compañía o ayuda y al ofrecérsel­a, deja de seguir solicitánd­ola pues confía en nosotros.

Lo que va, viene, el que da, recibe y todo vuelve como un boomerang, pongamos atención a nuestros actos y no demos lo que no deseamos recibir de vuelta. Valoremos la vida, todos somos dignos de respeto y considerac­ión, todos tenemos propósitos de vida. Hay que vivir el día a día, atentos a lo que nos rodea, disfrutar lo que nos ofrece como si fuera el último, con los sentidos puesto en ello, gozar y agradecerl­o, irradiar salud, amor y bienestar, compartir alegrías y penas, y de ser posible, repetir la hazaña de vivir a tope el día siguiente.

Porque después de todo

¿Qué resulta ser la vida si no contamos con el entorno y con todo lo que nos ofrece para poderla compartir, y disfrutar nuestros mayores anhelos?

Para escribir a esta sección diríjase a: lectores@elcaribe.com.do. Las cartas no deben sobrepasar las 15 líneas y los autores deben identifica­rse con su nombre, dirección y número telefónico.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic