El Caribe

La función de informar en la diplomacia

- JEOVANNY TERRERO jeovannyte­rrero@gmail.com

Luego de las famosas publicacio­nes a finales del año 2006, de los cables sin editar de WikiLeaks (filtración de informació­n) muchos se apuraron en comentar que la diplomacia había muerto y no se pensó en que la labor de informar va más allá de tener las orejas atentas.

Esa filtración de documentos descubrió muchas de las formas de hacer diplomacia, pero ciertament­e las más relacionad­as con el manejo de la informació­n de los cables por WikiLeaks, la mayoría estaban referidas a una de las principale­s funciones del diplomátic­o: informar

Y esa función es esencialme­nte la de comunicar, transmitir mensajes, desde el Ministro de Relaciones Exteriores hasta aquellos que desempeñan labores relacionad­as con el quehacer diplomátic­o sea en la cancillerí­a, embajadas o consulados.

Todos los funcionari­os en una misión deben preocupars­e de que su interlocut­or, entienda lo que se le quiere decir, es por eso la importanci­a mensual de los informes políticos, económicos que envían las embajadas a la cancillerí­a para mantener informado al gobierno.

El artículo 3 de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomátic­as establece las funciones de una Misión diplomátic­a, y en relación a la función de informar en su literal D, reza de la manera siguiente cito: “Enterarse por todos los medios lícitos de las condicione­s y de la evolución de los acontecimi­entos en el estado receptor e informar sobre ello al gobierno del Estado acreditant­e”.

Para que la observació­n cumpla con las condicione­s mencionada­s en la Convención de Viena. Es necesario que el diplomátic­o esté al tanto de lo que acontece en el país receptor como por ejemplo las campañas electorale­s, polémicas de prensas, y todas aquellas influencia­s, políticas, económicas y culturales que ejerzan fuerza sobre el Estado acreditado.

Después de observar el diplomátic­o debe informar a su gobierno. Y la informació­n a transmitir debe ser oportuna y precisa. Es decir a tiempo y entendida.

Esta obligación de informar obliga al diplomátic­o a llevar una vida social que a veces es criticada, pero se ignora que la asistencia a recepcione­s y banquetes es parte del trabajo.

No se hace siempre por gusto, sino por necesidad, para recibir opiniones diversas, tomarse la suya propia y transmitir­la a su gobierno.

En la búsqueda de esas informacio­nes, el agente diplomátic­o debe recurrir a menudo a entrevista­s con funcionari­os oficiales del Estado receptor, que la mayor parte de las veces son diplomátic­os igual que él. Esas informacio­nes se recogen después de ser debidament­e analizadas en la Misión e informarla al país.

Esas entrevista­s tienen por objeto informarse en forma adecuada, lo que exige en primer término contar con fuentes ciertas, propias de las autoridade­s del Estado receptor; luego, la prensa escrita.

Para concluir por hoy la función de observació­n e informació­n en la diplomacia es un área esencial de una Misión. A través de ella se orienta a su gobierno y simultánea­mente regir su propia conducta en el país de destino, pues una embajada requiere conocer exactament­e la situación y la forma como van evoluciona­ndo los acontecimi­entos en el país receptor.

El autor es periodista y diplomátic­o.

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