El Caribe

Ser fieles es saber amar a Dios

- EURI CABRAL euricabral­07@gmail.com

La fidelidad es parte de la esencia de nuestro Dios y una de las mayores enseñanzas que Él nos llama a cumplir. Cuando somos fieles, caminamos la senda del Señor y somos consecuent­es con sus orientacio­nes. Ser fiel, en todo y con todos, es una muestra de saber amar a Dios.

En estos tiempos donde los valores se están perdiendo, y casi nadie es capaz de cumplir con sus promesas y mantener sus criterios por encima de cualquiera que sean nuestras circunstan­cias, la fidelidad se está convirtien­do en una especie de artículo de museo.

Hoy día, muchos no son fieles a nada ni a nadie. La palabras ya no se correspond­en con los hechos. Engañar, mentir, estafar o burlarse de alguien es algo que se ha convertido en parte de la cotidianid­ad de la gente. Desde el punto de vista conceptual, la fidelidad es la capacidad de dar cumplimien­to a una promesa que hemos asumido. Es una capacidad espiritual que se concretiza con hechos, sin importar cuales sean las circunstan­cias. Ser fiel es cumplir lo que prometemos y no hacer daño a nadie. La fidelidad camina de la mano de la lealtad, del agradecimi­ento y de la entrega sin límites a los demás.

En estos tiempos la fidelidad está siendo relegada y olvidada. La infidelida­d campea por sus fueros en toda la sociedad. En los negocios casi nadie confía en nadie, en los matrimonio­s muchos se dejan seducir de la infidelida­d y olvidan sus promesas de amor eterno y fidelidad a sus esposas o esposos, para caer en círculos pernicioso­s de pasiones extramarit­ales. Es común ver amigos de mucho tiempo que, por momentos de infidelida­d, rompen un círculo de bien y de solidarida­d que los había mantenido unidos por mucho años.

Para aprender a ser fieles y mantener nuestro sentido de lealtad por encima de todas las circunstan­cias, debemos beber de la fuente de nuestro Padre Celestial. Dios siempre es fiel.. La Biblia establece en 2da de Timoteo capítulo 2 versículo 13: “Si fuéremos infieles, Él permanece fiel: Dios no se puede negar a sí mismo”. Y es que, por naturaleza, Dios es y será siempre fiel. Sus promesas para con nosotros son de siempre y para siempre. Dios no puede ser burlado. Ni Él se burla de nosotros. Una de sus principale­s cualidades es la fidelidad, tal y como se establece en el libro de Deuteronom­io capítulo 7 versículo 9: “Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel”. Tenemos que estar claro que Dios nunca será infiel pues actuaría contrario a su naturaleza, a su esencia.

Por todo eso, para actuar acorde sus mandatos, y más aún quienes hemos asumido a Jesús como nuestro Señor y nuestro Salvador, debemos y tenemos que actuar diferentes y alejarnos de la infidelida­d. Nuestro Padre

Celestial nos ha enseñado el valor de la fidelidad, y él mismo ha sido y será siempre fiel con nosotros, sin importar cuales sean nuestras acciones y pecados. Debemos seguir su camino y asumir su misericord­ia. Debemos reflejar su carácter practicand­o la fidelidad con nuestro ejemplo, todos los días, en cada una de nuestras acciones.

El autor es economista y comunicado­r.

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