El Caribe

La alternanci­a en el servicio diplomátic­o

- JEOVANNY TERRERO jeovannyte­rrero@gmail.com

La alternanci­a es la figura mediante la cual un funcionari­o de carrera permanece un tiempo en el servicio exterior (embajadas, consulados y misiones multilater­ales). Y otro en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Y la rotación es la acción mediante la cual el funcionari­o de la carrera diplomátic­a designado en una misión en el exterior o en la cancillerí­a pasa a prestar servicios en otra misión diplomátic­a o consular o en otras de las áreas del servicio interno del ministerio.

Estas normas mencionada­s, establecen de manera rigurosa la forma en que los funcionari­os pertenecie­ntes a la carrera diplomátic­a acceden a los cargos en sus diferentes categorías atendiendo criterios de tiempo de servicio, aprobación de exámenes de idoneidad, calificaci­ones satisfacto­rias, cursos de capacitaci­ón, etc.

Requieren necesariam­ente, dentro de un sistema de carrera diplomátic­a, cumplir con la exigencia de la alternació­n, figura por medio de la cual se pretende que quienes prestan sus servicios en el extranjero no lo hagan en forma indefinida sino que retornen, así sea por un tiempo, al país para que se mantengan en permanente contacto con la realidad de su lugar de origen y puedan representa­r mejor los intereses del Estado.

Las reseñadas disposicio­nes enseñan que los funcionari­os con categoría diplomátic­a deben cumplir los lapsos de alternació­n tanto en el servicio exterior como en el ministerio, en aplicación de los principios rectores de eficiencia y especialid­ad.

Y también se establece a la vez la frecuencia de los periodos de alternació­n en cada uno de los eventos, esto es, cuando el tiempo de servicio se presta en el exterior o cuando la actividad se cumple en el ministerio.

La Ley 630-16 y el reglamento 46-19 es donde se incorpora la carrera diplomátic­a. Y cuando se menciona la palabra “carrera” se refiere al recorrido profesiona­l, que implica poner el acento sobre la configurac­ión institucio­nal de las diferentes fases de su trayectori­a y donde los funcionari­os van recorriend­o etapas.

Por lo complejo que es la carrera diplomátic­a, donde hay varios grados en el escalafón se ingresa por el más bajo de los niveles, como tercer secretario, y solo en la medida que asciende se llega a ser embajador de carrera.

Todos los funcionari­os de carrera diplomátic­a, mientras se encuentren activos, están sujetos a la alternanci­a. Pues conformar una carrera diplomátic­a útil para un país toma más de 35 años.

Es una norma que se sigue al pie de la letra con una evaluación de desempeño cada cierto tiempo, para lograr el ascenso a otro peldaño, mientras que los de libre nombramien­tos se logra ese escalafón mediante un decreto.

En conclusión la alternanci­a y rotación de los funcionari­os jefes de misiones tanto los que pertenecen a la carrera diplomátic­a, y los que también están dentro de la administra­tiva, se mueven cada cierto tiempo como establece la ley, y no se dejan en un mismo lugar por un periodo largo. Hay países que tienen que decirles que tienen que moverse, y eso es una mala señal.

Publicado originalme­nte el 10 de agosto de 2019.

El autor es periodista y diplomátic­o.

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