El Caribe

Sería una fatalidad

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LA MAYORÍA DE LOS MERCADOS DEL PAÍS han surgido de manera espontánea. Sólo cuando su establecim­iento se convierte en un problema para el entorno o para sus concurrent­es, entonces se busca respuesta.

Puede hacerse una revisión y se descubrirá que el mercado formal viene como consecuenc­ia de otro que nació y creció como la maleza.

Es la misma historia con el mercado de La Pulga, hoy un dolor de cabeza para los residentes de los barrios por donde ha pasado. Primero en el Centro de los Héroes, con un impacto brutal sobre los barrios circundant­es y actualment­e en la confluenci­a de las avenidas Luperón con Independen­cia y 30 de Mayo.

El alcalde de Santo Domingo Oeste José Andújar tomó la decisión de cerrarlo justo cuando fue suspendido por efecto del coronaviru­s. Pero no dio respuesta a sus usuarios.

En lo inmediato, salvó a los habitantes de Costa Azul, Costa Verde y el kilómetro 12 de la carretera Sánchez del infierno dominical en que ha devenido La Pulga, lo que es una buena cosa, pero improvisa una solución en la autopista 6 de Noviembre. Y naturalmen­te, los vecinos de El Palacio de Engombe, el ensanche que surgió en lo que era parte de la finca experiment­al de la UASD, expresan desconcier­to y rechazo a tal medida.

De acuerdo con el alcalde José Andújar de Santo Domingo Oeste, el mercado quedaría sobre el peaje de la autopista 6 de Noviembre, al borde de la cañada de Guajiminía. Sería simplement­e trasladar el problema a otro sector, con mayores implicacio­nes.

Esa área donde pretenden instalarlo es protegida. Fue rescatada por el Ministerio de Medio Ambiente, con la siembra de una variedad de plantas nativas que ya son árboles frondosos. Fue esa labor lo que impidió que continuase la invasión progresiva desde los barrios surgidos detrás del sector La Altagracia de Herrera.

Meterle a ese bosque un mercado de La Pulga es una fatalidad. Sus desechos irían directos a la cañada, y por esa vía, al río Haina. Al margen de que acabarían con un parque natural, arrabaliza­rían el entorno del peaje y entorpecer­ían el tránsito desde y hacia el Sur.

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