Lucas Vicens el último de los mohicanos En la política nuestra de los años 80 y en las pugnas de la izquierda, corría el mismo slogan cambiando el indio por CORECATO
Decía el presidente de los Estados Unidos, Theodore Roosevelt, mientras se reía con el piano de su boca, que “un indio es bueno si es un indio muerto”. Este lo convirtió en slogan para exterminarlos y llevar a los niños, mujeres y ancianos a las reservas, que era otra forma de acabar con ellos.
En la política nuestra de los años 80 y en las pugnas de la izquierda, corría el mismo slogan cambiando el indio por CORECATO. Los CORECATO, que le decían CAREGATO, eran pocos, aunque Celedonio se empeñaba en decir que era un movimiento de masa grandísimo. No estaba asesorado por Joao Santana evidentemente.
Alguien dijo, durante los operativos del ciclón David, que prefería trabajar con los comunistas y los cristianos porque tenían ideales y no se cansaban. Y los CORECATO tenían los dos ingredientes, aunque fuesen acusados de tránsfugas del cristianismo. Por eso Camilo Torres, aquel cura guerrillero que, hastiado de los abusos del poder colombiano, cogió los jierros y se alzó pal monte. Y con él apareció el nombre de ese grupo de “trásfugas”, nombre perfecto que le pusieron los muchachos que se alejaron de los helados que explotan de Moreno Martínez.
De esos muertos lloramos a varios, abatidos en las movilizaciones contra las arbitrariedades e injusticias de Balaguer y su odiosa policía, una banda de trogloditas armados. Otros jóvenes preferían hacer de avestruz, aunque hoy son los más críticos a esa “izquierda inservible”.
A esos primeros muertos se sumaron luego y no hace tanto, el Negro Martínez, el más amigable, el más sonriente, el más disponible y el más olvidado. Trabajó en propaganda para el BRUC junto a Julio Rosa y John, que no podía ser Lennon porque era cocolo y muy querido y que se graduó junto a Matusalén de Ingeniero Agrónomo.
La primera baja, lo fue Miguel Cocco al que lloramos sus amigos y también sus adversarios políticos, porque no tuvo enemigos.