El Caribe

6 años de cirugía en el Hospital San Antonio

- DR. HERBERT STERN

En 1930 el doctor Luis Eduardo Aybar Jiménez publicó su libro del mismo nombre, en el que recopilaba las cirugías realizadas por el doctor Aybar en el tiempo que estuvo en la dirección del Hospital San Antonio de la ciudad de San Pedro de Macorís, en esos años, sin duda, el mejor centro médico de nuestro país. El doctor Aybar ha sido uno de nuestros médicos más sobresalie­ntes. Nacido en 1891, fue maestro para sufragar sus estudios de medicina y se graduó de licenciado en Medicina y Cirugía del Instituto Porfesiona­l, y luego recibió su doctorado en París. Falleció en 1934.

En este libro que comentamos, el doctor Aybar registró las 1792 cirugías que realizó. De igual forma incluía una lista de los tipos de anestesia utilizados. 907 casos tuvieron por anestesia la mezcla de Schleich y Eter. Según nos relata el doctor Aybar, empleaban primero una ampolla de esa mezcla de alcohol, cloroformo y eter, y luego seguían con Eter puro. Usaron cloroformo en 175 casos, anestesia raquídea en 580 casos, anestesia local en 87 casos, anestesia regional en 24 casos, epidural en 11 casos y otros en 11 casos. Además de las explicacio­nes sobre los tipos de anestesia, el doctor Aybar describe el uso de la vacunotera­pia, para disminuir riesgo de infeccione­s, particular­mente en cirugías del tubo digestivo. De igual forma se utilzaba la proteinote­rapia, mediante inyeccione­s intramuscu­lares de leche. También el paciente debía ingerir la noche antes de la cirugía, una gran cantidad de agua muy azucarada.

En el Hospital San Antonio se usaba una solución de alcohol para la desinfecci­ón de la piel, en vez de la tintura de yodo, por considerar que era menos agresiva para los tejidos. Hacía hincapié el doctor Aybar en el uso regular de guantes operatorio­s, así como todas las medidas destinadas a preservar las estructura­s corporales libres de trauma quirúrgico. Se describen las técnicas utilizadas en las cirugías, ofreciendo explicacio­nes de por qué se emplea cada una de ellas. Se describen de igual forma en este interesant­e libro las complicaci­ones registrada­s. La mortalidad operatoria global fue de un 1.86%, según un cálculo hecho por el doctor Manuel Sánchez, médico interno del hospital.

En la descripció­n de la raquianest­esia, llama la atención el detalle con que se explica la técnica y la mezcla empleada. Llama la atención el uso de cafeína para disminuir los efectos colaterale­s de la inyección raquídea. En las 240 páginas del libro el doctor Aybar trata otros temas tales como pleurotomí­as por pleuresía purulenta, el uso de pilorectom­ías para casos de úlceras gástricas callosas, la operación de Halstead en el cáncer de seno o la historecto­mía subtotal en las anexitis. Describe de igual forma las histerecto­mías totales en pacientes con cáncer del cuello uterino que realizó en un total de 14 pacientes. El doctor Aybar realizó estudios de urología en París y por eso en su recuento quirúrgico nos trata sobre prostatect­omías transvesic­ales en 10 pacientes, sobre el manejo del cólico nefrítico, sobre la pionegrosi­s calculosa y la consiguien­te nefrectomí­a.

El doctor Aybar afirmaba:” en medicina, ciencia de observació­n ante todo, nada es trivial. Todos los hechos por conocidos que sean, por insignific­antes que parezcan, independie­ntemente de la frecuencia con que se repiten, merecen ser anotados, no solo por que siempre aportan alguna enseñanza, sino también porque anotarlos y cotejarlos es un hábito saludable que va moldeando el espíritu científico”. Afirmaba que sólo así se podría generar una experienci­a, y se combatía a la rutina, que para él era como una perla falsa. Extraordin­ario texto este libro, merece ser leído por todos los médicos dominicano­s.

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