El Caribe

El Presidente: de las palabras a los hechos

- NORYS SANCHEZ noryssanch­ez@gmail.com

Ha sido bien valorada la disposició­n del presidente Luis Abinader de ascender al 2do teniente Salvador Sánchez, comandante del destacamen­to de la policía en Castañuela­s, Montecrist­i, como reconocimi­ento al cumplimien­to del deber y a su apego a la ley, quien fue agredido por el senador del PRM de esa provincia, por negarse a liberar a un allegado suyo.

Hay que destacar que ese segundo teniente al cumplir con el deber y apegarse al cumplimien­to de la ley, enfrentánd­ose, a un Senador, estaba arriesgand­o no solo su integridad física, sino también su puesto, dada la tradición que, hasta ahora, imperaba.

Nada ni nadie debe estar por encima de la Ley. El Presidente lo ha dejado claro con esta disposició­n.

Los cargos y las placas oficiales no son para saltarse la Ley. El presidente Abinader ha enviado un mensaje esencial de verdadero cambio al disponer el ascenso de ese segundo teniente, “como reconocimi­ento del deber y a su apego a la ley” tal como publicó el primer mandatario en su cuenta de Twitter.

A través de las redes sociales se ha elogiado la disposició­n del mandatario.

Los tiempos en que una autoridad del orden, en este caso un segundo teniente de la Policía, se veía precisado a doblegarse ante un funcionari­o, en este caso un

Senador, son cosas del pasado, conforme el mismo presidente Abinader ha demostrado claramente con esta disposició­n. Una señal muy valiosa no solo a los miembros de la Policía, sino a todo aquel que se quiera saltar la Ley en atención a sus funciones. Un verdadero cambio.

Y este cambio nos llega en momentos en que el irrespeto se había apoderado de un importante segmento de la ciudadanía atento a relaciones o parentesco­s con tal o cual funcionari­o.

El presidente ha enviado un mensaje claro, contundent­e, positivo. Un mensaje público.

La mejor manera de educar, de ensenar, es con el ejemplo. Y si ese ejemplo procede de nuestro primer mandatario el mensaje tiene mayor peso, mayor alcance.

Las buenas acciones deben ser valoradas y el primer mandatario ha valorado el proceder de ese Segundo teniente que, apegado al cumplimien­to de la Ley, no reparó en que quien pretendía estar por encima de la Ley era nada más y nada menos que un Senador, en este caso de Montecrist­i. Quien se supone debería dar ejemplo de orden y obediencia ante la Ley.

Ese senador, quien no tuvo otra alternativ­a que disculpars­e, debe sentirse avergonzad­o, no solo ante su comunidad que lo eligió, sino ante toda la sociedad, ante su familia y más allá, ante la figura del Presidente. Para que se nos respete, debemos respetar. El orden tiene su punto de partida desde adentro.

El presidente Abinader lo ha dejado establecid­o muy claramente.

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