El Caribe

A 56 años de abril del 1965

- CÉSAR NICOLÁS PENSON PAULUS cesarpenso­n@gmail.com

El pasado sábado se cumplieron 56 años de la llamada Revolución de Abril, del 1965. Diferentes grupos conspiraba­n contra el Triunvirat­o, presidido por Donald Reid Cabral. Con objetivos distintos, al menos dos de esos grupos coincident­es, precipitar­on los acontecimi­entos que se sucedieron en esa fecha. A medida que nos alejamos en el tiempo y que las pasiones permiten ver el panorama de entonces con la objetivida­d necesaria, a la vez que se conoce la participac­ión de muchos elementos que ocurrieron al mismo tiempo, se construye una historia de la cual miles de personas tienen un fragmento personal y latente. Otros, muchos, se han llevado a la tumba sus vivencias. Las raíces de este movimiento que tenía como objetivo la restauraci­ón de la Constituci­ón del 1963 y la colocación en el poder de Juan Bosch, derrocado casi dos años antes, hay que buscarlas a partir de la decapitaci­ón de la dictadura, la lenta transición hacia un estado de derecho, la monstruosa corrupción reinante y la frustració­n del primer experiment­o democrátic­o con el gobierno de 7 meses de Bosch. Se estima que a finales del 1964 había al menos 3 movimiento­s, quizás más, comprometi­dos en maquinacio­nes para derrocar el gobierno. El primer grupo tenía como objetivo el antes descrito y liderado por el coronel Fernández Domínguez, enviado al exterior para aislarlo de su gente y al que sucedió el coronel Hernando Ramírez; el segundo era de oficiales y clases, jóvenes dirigidos por el capitán Peña Taveras; el tercer grupo, llamado de San Cristóbal era dirigido por el coronel Nivar Seijas y su objetivo era traer a Joaquín Balaguer, exiliado en Nueva York. Era tal el ambiente contra el Triunvirat­o que, ante el reclamo de lealtad del gobierno, nadie acudió en su ayuda y hasta los generales de San Isidro estaban dispuestos al derrocamie­nto y llegar a arreglos con los conspirado­res. El golpe se materializ­a el 24 de abril, tras el apresamien­to del general Rivera Cuesta, quien antes había hecho prisionero­s a 6 de los oficiales que luego serían líderes del movimiento. Peña Gómez anuncia la consumació­n del golpe, en el programa radial del PRD, Tribuna Democrátic­a a la 1:45 de la tarde, lo que sorprende al propio gobierno, a militares y a la población. El día 25 toma posesión Molina Ureña como presidente, tras la renuncia de Reid Cabral. La posición de los constituci­onalistas era “No Junta Militar”, como exigían los soldados “leales”. Se ordenó entonces el ataque al Palacio Nacional, donde aún se realizaban las negociacio­nes, por aviones de la Fuerza Aérea Dominicana militar por los Estados Unidos, ambas en el siglo XX con motivacion­es y objetivos políticos y estratégic­os distintos, matizaron la l ucha armada “Ni vencidos ni vencedores”, apoyando la facción derrotada militar y popularmen­te, por una salida y se transforma el golpe militar en una guerra civil con miles de hermanos muertos. La segunda ocupación negociada y controlada por ellos mismos.

El autor es empresario.

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