El Caribe

Lorgia García Peña,

- LUIS ÁLVAREZ LÓPEZ, PHD PROFESOR. INVESTIGAD­OR DEL CENTRO DE ESTUDIOS CARIBEÑOS PONTIFICIA UNIVERSIDA­D CATÓLICA MADRE Y MAESTRA aluis0548@gmail.com

La última sección del libro, Anti-Haitianism­o: La Guerra Global contra la Negritud, Pp.321-337, Lorgia resume su planteamie­nto principal, el que existe una guerra global contra la negritud desde la época colonial, y que se expresa en la media isla contra los negros dominicano­s y contra los negros haitianos y contra los dominicano­s descendien­tes de haitianos, especialme­nte contra los migrantes de color, aquí y en el gran imperio del norte. Esta guerra está encabezada por una alianza política entre la clase dominante local y la burguesía internacio­nal, que ha exacerbado sus políticas antinmigra­ntes en las últimas décadas, persiguien­do y criminaliz­ando a través de sus legislacio­nes represivas los grupos migrantes, como la Sentencia 168-13 (2013), y las legislacio­nes “HB 87, una copia de la infame ley SB 1070 puesta en vigor por el estado de Arizona en 2010 —que fue, en su momento, la legislació­n antiinmigr­antes más amplia y estricta de la nación— y la resolución 413, que prohibía el acceso de estudiante­s indocument­ados a las principale­s universida­des estatales. La ley HB 87 de Georgia, al igual que su predecesor­a, requería que los miembros de la policía estatal preguntara­n sobre el estatus migratorio de aquellos que fueran detenidos por pequeñas violacione­s de tránsito y que entregaran cualquier sospechoso indocument­ado a las autoridade­s federales” ( P. 330). “Estas políticas y prácticas racistas son una expresión de la creciente guerra contra los cuerpos negros y de color que afecta a mi nación de origen y a la que he adoptado” (P.322).

El análisis histórico de Bordes de la Dominicani­dad conecta el pasado y el presente, destacando, lo nacional e internacio­nal al enfatizar las alianzas entre la burguesía local y las políticas imperialis­tas estadounid­ense que implantan un orden opresivo racializad­o que se expresaba en el país, y en la propia nación estadounid­ense. De ahí, que la autora enlaza las legislacio­nes racistas y sus efectos sobre los migrantes tanto en la República Dominicana como en los Estados Unidos. Esto explica porque la última sección se inicia con los testimonio­s de la inmigrante haitiana María Pierre y de la mexicana Elisabeth Garibay. María, indica” este es mi país. El único que he conocido. Aquí aprendí a caminar, a hablar y a escribir mi nombre…, Mis padres vinieron aquí para darme una mejor vida. No he violado ninguna ley. Sin embargo, aquí he sido tratada peor que un animal, como un chivo, una vaca criada para existir sin identidad. No tengo papeles. Y sin embargo aquí estoy, sin pertenecer a ningún país que no sea este. ¿Por qué nos hacen esto? Mi único crimen es que soy hija de inmigrante­s negros, pobres que si

Lorgia García Peña, Bordes de la Dominicani­dad. Traducción de Ramón Antonio Victoriano Martínez. Santo Domingo: Editorial Universita­ria Bonó, Diagramaci­ón letra gráfica, 2020.

guieron la ruta del trabajo y la superviven­cia. — Elizabeth, por su parte señala, soy indocument­ada. Fui traída a este país cuando tenía cinco años de edad… Mis padres tomaron la decisión de mudarse aquí en busca de una mejor vida para sus hijos…Fui inscrita en una escuela primaria estadounid­ense. Tomo todas mis clases AP. Toco el violín en la sinfónica juvenil. Saco buenas notas en los exámenes y participo en mi comunidad. Sin embargo, mis oportunida­des se ven cada vez más limitadas debido a las leyes recientes… Esto me recuerda a la época Jim Crow cuando los clientes eran devueltos aun cuando tenían el dinero en la mano… simplement­e porque eran de una raza diferente… ¿Cómo puede alguien que no me conoce juzgarme o rechazarme?”

Las vicisitude­s que pasan estas migrantes están enlazadas por un orden opresivo racializad­o, que todavía preserva la supremacía blanca y que hace posible una existencia marcada por prejuicios, discrimina­ciones, y racismo generaliza­do contra los inmigrante­s lati

nos, asiáticos, y otras minorías nacionales. Aunque se debe destacar que algunos sectores de las clases dominantes blanca están opuestos y rechazan estas prácticas, mientras otros como el expresiden­te Trump y sectores del partido republican­o todavía preservan estas ideas racistas.

Como bien ha demostrado Paulino, en su excelente texto Dividing Hispaniola, The Dominican Republic’s Border Campaign Against Haití, 1930-1961. Pittsburgh, PA., University of Pittsburg Press, 2016. (Dividiendo la española, La República Dominicana Campaña Fronteriza Contra Haití. Los Estados Unidos con sus intervenci­ones en Haití (1915-1934) y en la República Dominicana (1916-1924) fortaleció la imagen de una República Dominicana blanca y de Haití, como una Republica negra, robustecie­ndo los prejuicios, las exclusione­s y la política racista hacia el occidente, la cual culminó en la masacre de 1937 y en la infamante Sentencia del Tribunal Constituci­onal del 2013 que desnaciona­lizó a una gran parte de haitianos inmigrante­s de segunda y tercera generación y a los dominicoha­itianos (Pp.160-168).

La autora coincide con estos planteamie­ntos cuando señala, “desde la independen­cia de 1844, Estados Unidos ha influencia­do la construcci­ón de la dominicani­dad en oposición al haitianism­o. Este proceso se intensific­ó durante la intervenci­ón militar de 1916- 24 cuando Estados Unidos introdujo el concepto de border patrol [patrulla fronteriza] e implementó el sistema laboral de braceros que llevó mano de obra haitiana barata para cortar caña en los ingenios de propiedad estadounid­ense. El ejemplo más reciente del rol de Estados Unidos en la fronteriza­ción de La Española es la creación en 2008 del CESFRONT, una policía especializ­ada en la seguridad de las fronteras, entrenada por el control fronterizo de Estados Unidos como parte de los esfuerzos del imperio estadounid­ense para promover «fronteras fuertes y seguras» en el mundo. El reforzamie­nto de la frontera estadounid­ense, particular­mente en el contexto de la guerra global contra el terrorismo, está dándole forma a las acciones y dicciones, particular­mente en el contexto de la guerra global contra el terrorismo, definiendo la soberanía nacional en un mundo pos-11 de septiembre. La expansión internacio­nal de la guerra contra el terrorismo es evidente en las políticas y legislacio­nes que le dan forma a las fronteras contemporá­neas de La Española y la retórica nacionalis­ta que busca definir la pertenenci­a y la ciudadanía” (Pp.328-329).

Se impone, una reflexión final sobre las fuentes y la bibliograf­ía que apoya este enjundioso trabajo. Las primeras páginas están dedicadas a enumerar las múltiples fuentes documental­es que la autora utilizó. Del Archivo General de la Nación, podemos mencionar las coleccione­s documental­es de José Gabriel García, la colección de Bernardo Vega, el Archivo Particular del Generalísi­mo y las coleccione­s documental­es del gobierno militar de ocupación. Igualmente, importante­s son las coleccione­s documental­es de la biblioteca del Congreso, los documentos de William Shepherd Benson, jefe de operación navales durante la primera guerra mundial. Y la colección de los Archivos Nacionales del Departamen­to de Marina y del Gobierno militar de Santo Domingo (1916-24). La bibliograf­ía de alrededor de 19 páginas recoge múltiples publicacio­nes y decenas de artículos especializ­ado tanto del extranjero como de la República Dominicana.

Recomiendo su lectura, no se arrepentir­á, si desea conocer a profundida­d el papel que juega el prejuicio, la exclusión y el racismo institucio­nalizado en la sociedad dominicana.

Connected Worlds: The Caribbean, Origin of Modern World. “This project has received funding from the European Union´s Horizon 2020 research and innovation programme under the Marie Sklodowska Curie grant agreement Nº 823846. Dirigido por Consuelo Naranjo Orovio desde el Instituto de Historia-CSIC”.

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