El Caribe

El costo de un cambio: US$320 millones en 12 meses

- ANDRÉS DAUHAJRE HIJO Fundación Economía y Desarrollo, Inc.

El 8 de junio de 2021 fue emitido el Pliego de Condicione­s Específica­s Actualizad­o que sirvió de base a la primera licitación realizada por las nuevas autoridade­s de la Central Termoeléct­rica Punta Catalina (CTPC), para adquirir 1,800,000 Tm de carbón. El nuevo Pliego introdujo cambios en las propiedade­s que debía tener el carbón, entre las cuales resaltaba la reducción del contenido máximo de cloro desde 0.15 a 0.05 p%. Esta modificaci­ón prácticame­nte sacaba de juego a los suplidores de EE. UU. o, por lo menos, “se la ponía en China”.

Al cambiarse esa propiedad del carbón, las empresas estadounid­enses, para competir con las colombiana­s, salieron a buscar en zonas remotas carbones que cumpliesen con ella. Xcoal, que previament­e había suplido carbón extraído por Consol en el suroeste de Pennsylvan­ia tanto a CTPC como a Itabo, lo encontró en Colorado, a 2,674 km de distancia hacia el oeste. Xcoal ofertó un precio de US$104.24 Tm por el carbón de Colorado que cumplía con el tope de contenido de cloro. Ese precio fue más bajo que los ofrecidos por Javelin (US$125.00) y por CMC (US$222.00), extraído este último de la mina de Cerrejón en Colombia. Cualquier experto en licitacion­es, al ver la diferencia abismal de precios, pensaría que una de las firmas, CMC, quizás pensó que correría sola en la licitación, pues ofertó un precio 71% más elevado que el promedio vigente en el mercado spot en julio de 2021 (US$130). La oferta de Xcoal fue declarada ganadora de uno de los dos bloques licitados.

Por razones inexplicab­les, la nueva administra­ción de CTPC y el Ministerio de Energía y Minas (MEM) se retrasaron en extremo en la elaboració­n del contrato con Xcoal. Esta dilación provocó que la empresa ferroviari­a que transporta­ría el carbón desde Colorado a uno de los puertos de Golfo de México, retirase los vagones disponible­s, lo que de facto imposibili­taba a Xcoal suplir el carbón en los tiempos pautados en la licitación. La prensa de EE. UU. se hizo eco de que el suministro a tiempo del carbón de parte las empresas, estaba siendo afectado por los fuertes recortes de personal dispuestos por las empresas ferroviari­as de carga en 2020, inducidos por la depresión de la economía estadounid­ense. Estos recortes provocaron una escasez de mano de obra que se magnificó al requerirse, en el área estatal del servicio ferroviari­o, que ésta estuviese vacunada, lo que redujo la frecuencia del transporte de carga. La escasez de mano de obra complicaba la organizaci­ón de las tripulacio­nes necesarias para garantizar el paso sin problemas de los trenes cargados de carbón por las zonas rurales. En el caso del carbón de ConsolPenn­sylvania, el problema de suministro era mínimo, pues el tránsito en ferrocarri­l desde el suroeste de Pennsylvan­ia al puerto de Baltimore era de apenas 2 días, mucho menor que los 15 días que tomaba el transporte desde Colorado a los puertos del Golfo.

Como consecuenc­ia de la pérdida de los vagones de carga que Xcoal había reservado, provocada por el retraso de CTPC-MEM en la elaboració­n del contrato con Xcoal, esta última quedó imposibili­taba de garantizar el suministro del tipo de carbón que la nueva administra­ción de CTPC-MEM deseaba. Podía asegurar el suministro del carbón de Consol-Pennsylvan­ia, pero no el que había conseguido en Colorado. Por esa razón, el contrato para el suministro de esas 900,000 Tm no se firmó, lo que llevó a la nueva administra­ción de CTPC, durante la segunda semana de abril de 2022, a tomar la decisión correcta de cancelar el proceso atendiendo a la imposibili­dad de suministro provocado por causas fuera del control de Xcoal. Resulta inexplicab­le el porqué la nueva administra­ción de CTPC no solicitó a Xcoal que, ante la imposibili­dad que esta tenía de entregar el carbón procedente de Colorado, lo sustituyes­e por el carbón de Consol-Pennsylvan­ia, más aún teniendo en cuenta la crisis existente en el mundo en el suministro de carbón. Algún día alguien debería explicar ese costoso desliz.

Retrocedam­os un poco en el tiempo. La primera administra­ción de CTPC lanzó su última licitación por 2 millones de Tm en enero de 2020, lo que garantizab­a carbón a CTPC hasta junio de 2021. En consecuenc­ia, la nueva administra­ción tenía que programar el lanzamient­o de la suya un año después, en ningún caso, más allá de marzo de 2021. El precio promedio del carbón en el mercado spot en marzo de 2021, fue de US$67.35. Dado que, durante el mismo mes, Xcoal vendió a CTPC a un precio promedio de US$60.93, resulta razonable concluir que, si las propiedade­s del carbón licitado hubiesen sido similares a las anteriores que tenía el carbón que se utilizó para realizar las pruebas de aceptación de las dos unidades de generación de CTPC, Xcoal hubiese podido ofertar el carbón, bajo el modelo de subasta inversa existente a la fecha, a US$65 o menos. En otras palabras, CTPC habría podido contratar las 1,800,000 Tm a un precio promedio de US$65, arrojando una factura total, para el período de 12 meses, de US$117 millones. Lamentable­mente, el retraso en la convocator­ia de la licitación unido al cambio del contenido máximo de cloro permitido en el carbón ofrecido impidió que este resultado se materializ­ase.

Las nuevas autoridade­s de CTPCMEM, exhibiendo un serio déficit de planificac­ión y programaci­ón, se retrasaron tres meses en el lanzamient­o de la licitación de 2021, quedando CTPC atrapada en un mercado alcista, impredecib­le y con oferta limitada. Fue así que CTPC, en lugar de haber continuado comprando bajo contratos de suministro por un año competitiv­amente licitados, se vio precisada a comprar a cuentagota­s y con el agua al cuello, en un despiadado mercado spot que ha logrado abrir las venas y desangrar a la principal empresa estatal de generación de electricid­ad y, en consecuenc­ia, a las finanzas públicas. Informacio­nes publicadas en la prensa y en las redes sociales indican que, incluyendo los dos embarques de carbón colombiano comprados recienteme­nte a Glencore, así como las dos compras locales realizadas a la empresa generadora EGE Itabo, la nueva administra­ción de CTPC ha comprado aproximada­mente 1,067,538 Tm de carbón por un total de US$217.6 millones, pagando precios que van desde US$158 a US$387 Tm, que arrojan un precio promedio ponderado de US$203.81.

Teniendo en cuenta que el precio promedio del carbón en el mercado spot durante abril de 2022 ha sido de US$306, no resultaría exagerado asumir un precio promedio de US$300 para las restantes 732,462 Tm que completarí­an las 1,800,000 Tm. En consecuenc­ia, debido al retraso de tres meses en el lanzamient­o de la licitación y del cambio de las especifica­ciones del carbón decidido por la nueva administra­ción el 8 de junio de 2021, CTPC terminará pagando US$437 millones por las 1,800,000 Tm de carbón, es decir, US$320 millones por encima de lo que hubiese pagado si hubiese realizado, como correspond­ía, la licitación en marzo de 2021, lo cual no fue posible debido a que a la inexperien­cia-cum-incapacida­d de la nueva administra­ción se sumó una mano invisible que redujo el contenido máximo de cloro en el carbón a ser ofrecido. El que había estado supliendo Xcoal tenía, en promedio, 0.11 p% de cloro, nivel perfectame­nte manejable por los equipos de CTPC con una simple adecuación de la temperatur­a para controlar la humedad y bastante por debajo del 0.25 p% que pueden manejar las calderas. Mientras la administra­ción que encabezó Jaime Aristy Escuder le ahorró a CTPC y a la nación US$151 millones en la compra de carbón, la nueva administra­ción, considerad­a por el presidente de Fideicomis­o de CTPC como mejor que la anterior, forzará a la empresa y a la nación a pagar RD$320 millones por encima de lo que pudimos haber pagado por las 1,800,000 Tm.

Lo verdaderam­ente insólito es que la misma administra­ción que en la triste fecha del 8 de junio de 2021 decidió reducir el contenido máximo de cloro de 0.15 a 0.05 p%, recienteme­nte, en dos licitacion­es consecutiv­as lanzadas en marzo y abril de 2022, para sorpresa de todo el mundo, amplió de nuevo el rango de la especifica­ción del cloro, llevando en contenido máximo a 0.15 p%, el mismo que había establecid­o la pasada administra­ción de CTPC en los pliegos de condicione­s específica­s. Esto revela que el cambio de esta especifica­ción fue una muy costosa metida de mano, o de pata en el mejor de los casos, que al mezclarse con el retraso de tres meses en la licitación que debió lanzarse en marzo de 2021, ha llevado al Estado dominicano a erogar US$320 millones de más.

Reconocemo­s que el presidente Luis Abinader está realmente empeñado en realizar un buen gobierno. Le brota el deseo de hacer las cosas bien, con transparen­cia y efectivida­d. Y se esfuerza como ningún otro miembro del Gobierno para lograrlo. El país lo percibe y a eso se debe la elevada favorabili­dad del presidente que registran las encuestas. Sin embargo, el esfuerzo enorme que realiza el presidente ha sido erosionado por una serie de decisiones erradas de algunos de sus ministros. Mientras la presidenci­a, la vicepresid­encia, los ministerio­s de Salud y Turismo, DGII, DGA, DGCP, SupBanco, Banreserva­s y el Banco Central, tienen logros evidentes que exhibir, estos están siendo opacados por las profundas metidas de pata en otras áreas de la administra­ción pública.

Particular­mente pienso que muchos de los yerros se deben a que el Gobierno, en general, ha partido de la premisa de que todas las decisiones que se tomaron en el pasado fueron erradas, y por eso, hay que cambiarlo todo. Esa premisa, totalmente falsa, muchas veces es alimentada por la arrogancia que exhibe el menospreci­o como marca gobierno. La arrogancia no es un gen común del buen gobierno en democracia. Liga bien con gobernante­s autoritari­os y totalitari­os, pero no con los verdaderam­ente democrátic­os, como Luis Abinader. Estoy seguro que si el gobierno desecha la premisa que postula que “en el pasado todo se hizo mal”, las cosas comenzarán a mejorar. Más aún si el presidente, reconocien­do que la mayoría de sus funcionari­os exhiben déficits de experienci­a y capacidad, reduce el tiempo que dedica a las calles y aumenta el que debe dedicar a reuniones de trabajo en Palacio con todos y cada uno de ellos, especialme­nte aquellos más propensos a tomar decisiones fallidas y costosas para la nación.

Los artículos de Andrés Dauhajre hijo en pueden leerse en www. lafundacio­n.do.

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