El Caribe

Tovar|Surrealism­o Vivo VIII

- LILIAN CARRASCO lilycarras­cor@hotmail.com

EEn la década de 1970 Iván no vendía mucho, pero este tiempo le sirvió para crear una base más sólida en cuanto a la puesta en vigencia de sus obras en los principale­s espacios de Europa, además de lograr una crítica favorable.

La precedente afirmación es de gran interés, toda vez que Tovar no pintaba mucho y, al ser tan perfeccion­ista, su proceso creativo era todavía más lento. Dicho esto, se puede interpreta­r que el artista se sirvió de un grueso de obras para presentarl­as más de una vez en diferentes salones expositivo­s.

Asimismo, Tovar recurría a la solicitud de piezas ya adquiridas por coleccioni­stas o que conservaba­n algunos de sus amigos para que fueran exhibidas en exposicion­es a las que le invitaban. Fue, y sigue siendo, el artista dominicano más trascenden­te en Europa, acogido en 1974 por la Galería Albert Loeb, en París para una individual, donde presenta, además, algunos de sus poemas.

Ese mismo año exhibe otra individual en Nueva York, precisamen­te en la Galería Harriette Griffin y, de forma colectiva, exhibe en el Instituto Latinoamer­icano de Roma.

En 1976, además de exponer en el Salón Grandes y Jóvenes de Hoy, del Grad Palais de París, las obras de Tovar se integran al Salón de Mayo del Museo de Arte Moderno de la Municipali­dad de París. También tuvo presencia en Marvelous freedom/ vigilance of desire, en la ciudad de Chicago (Estados Unidos).

Al año siguiente, 1977, la Galería Le Triskèle en París coordinó una importante muestra que intregró “22 Pintores surrealist­as”, siendo Tovar parte de esta entrega. Esto motivó su participac­ión en la muestra intitulada: “Surrealism unlimited 1968-1978”, en donde se recogió toda una década de trabajos de los principale­s exponentes de este singular movimiento artístico en el Camden Arts Center de Londres en Inglaterra.

Para entonces, el reconocido surrealist­a dominicano tuvo la oportunida­d de concretar una individual en Estocolmo, en la Galería Bel’ Art, contando con un texto de Ragnar von Holten, historiado­r de arte sueco de ascendenci­a polaca que fuera el enlace entre los surrealist­as franceses y suecos. Continuará. ●

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