El Caribe

Sobre el Sida ( II )

- DR. HERBERT STERN

El testimonio de la doctora Koenig sobre la situación de esta enfermedad es particular­mente relevante. Continuamo­s… “En aquel momento, a mediados de los años 1980, en colaboraci­ón con la Universida­d de California en San Francisco (UCSF), pudimos realizar análisis en un número de bancos de sangre en el Instituto Dominicano de Seguros Sociales, IDSS, en la Cruz Roja y en un banco de sangre privado, en donde pudimos encontrar pacientes positivos en nuestra búsqueda.

En agosto de 1985, llegó a estar disponible el kit comercial para el VIH y fui invitada por el Dr. Rafael González Gautreaux para encabezar el Departamen­to de Virología haciendo las pruebas serológica­s. Durante mis 17 años allí, he trabajado para traer las pruebas para la confirmaci­ón más las que determinen los recuentos de CD4, un marcador de su sistema inmunológi­co. El Departamen­to de Virología también trabajó para mejorar las facilidade­s de laboratori­o en el país. Conseguimo­s que un médico fuera becado por USAID (Departamen­to de Ayuda de Estados Unidos) durante dos años, a través del programa AIDSTECH, para que los laboratori­os comerciale­s y públicos fueran evaluados en su manejo del VIH. Desafortun­adamente, este programa no continuó debido a la falta de interés en el Ministerio de Salud. Los estudios especializ­ados en VIH eran inaccesibl­es para la mayor parte de la población, y pese a realizar múltiples esfuerzos, solo conseguimo­s ofrecer estos servicios a los pacientes dominicano­s gracias a la instalació­n en el país del Centro de Control de Enfermedad­es de Estados Unidos. Esto produjo que los estudios diagnóstic­os más especializ­ados estuvieran a disposició­n de los pacientes dominicano­s.

También en 1985 la Asociación Médica Dominicana formó un Comité para estudiar el problema del VIH con el Dr. Norman de Castro a la cabeza. Lamentable­mente nunca realizó su potencial. En 1986 la respuesta del gobierno al VIH fue la formación de una organizaci­ón, PROCETS, para supervisar el trabajo en el VIH. Este grupo también gestionaba fondos en el país para los ensayos epidemioló­gicos. Procets eventualme­nte se convirtió en la división de enfermedad­es de transmisió­n sexual y SIDA (DIGETTS). Como microbiólo­go, mi objetivo en el Departamen­to de Virología, era asegurar que las pruebas se realizaban correctame­nte y que los pacientes fueran enviados a diversos hospitales para obtener ayuda. Muchos regresaban a nuestro laboratori­o para quejarse de que los hospitales no los trataban porque no tenían las medicinas o porque no entendían la situación real de eso pacientes. Así que en 1989, cuando un estudiante de medicina pidió para completar su pasantía poder asistir a los pacientes que buscaban ayuda en el laboratori­o nacional. Así abrió sus puertas en el Laboratori­o un departamen­to de ayuda y orientació­n a los pacientes. Por aquel entonces yo estaba estudiando medicina, porque, como los pacientes, vi que era difícil de conseguir en los hospitales y clínicas del país asistencia médica. No pudimos hacer mucho ya que la medicina no estaba disponible, pero el hecho de que alguien pudiera ayudar con infeccione­s oportunist­as era una ventaja para los pacientes. Vendrían más tarde los medicament­os para el VIH. El primer antirretro­viral, AZT o zidovidine, llegó al país en los años noventa. Su precio no permitió que fuera utilizado ampliament­e. Luego en una sucesión rápida Videx o didanosina y Zerit o stavudivin­e apareciero­n en el mercado pero todavía fuera del alcance de la mayoría de los dominicano­s.

He trabajado para formar una ONG, el Instituto Dominicano de Estudios Virológico­s, IDEV (Instituto Dominicano de Estudios Virológico­s) para hacer los ensayos clínicos, viendo esto como la única manera para que los pobres puedan recibir tratamient­o. _________________________________________________ Estos artículos son un extracto de las declaracio­nes de la doctora Koenig.

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