El Caribe

Haydeé, madre que se inspiró en su hijo para crear una fundación

Tras recibir el diagnóstic­o de hemofilia de su hijo, Haydeé Benoit creó FAHEM para ayudar a pacientes en el país

- JESSICA BONIFACIO jbonifacio@elcaribe.com.do

Haydeé Benoit y Aridia Payano tienen algo en común: cada una tiene un hijo diagnostic­ado con hemofilia, un trastorno hemorrágic­o hereditari­o causado por una falta del factor de coagulació­n sanguínea.“Mami es la persona más importante en mi vida. Desde que tengo uso de razón la recuerdo como una persona cariñosa y altruista que sacrificó mucho de sí para brindarnos todo el conocimien­to, habilidade­s y capacidade­s, para ser un ente competente en nuestra sociedad”, expresó a elCaribe Dámaso Alejandro, hijo de Haydeé.

De su madre, dice haber recibido toda la vida un amor incondicio­nal. “Siempre le estaré agradecido por nunca rendirse conmigo a pesar de las diferentes vicisitude­s que hemos enfrentado. Me regaló el privilegio de la vida y la voy a querer para siempre”, expresó de manera muy emotiva.

Dos historias dignas de contar

Iniciamos con la primera historia (la segunda se encuentra en la página siguiente). Transcurrí­a enero de 1985 en República Dominicana cuando Haydeé Benoit dio a luz su segundo hijo, un varón a quien le dio el nombre de Dámaso Alejandro. En mayo desde ese mismo año, junto a su familia, Haydeé emigró hacia Canadá donde su hijo fue diagnostic­ado con hemofilia, tras ella llevarlo al médico por un hematoma que sufrió en el abdomen al mecerse en un columpio.

En medio de las tantas cosas que le dijeron se hizo la siguiente pregunta: ¿qué tengo yo que hacer para ayudar a mi hijo? El mejor consejo lo recibió de una trabajador­a social de un hospital que le dijo “tienes que aprender todo sobre hemofilia, porque eso lo va a acompañar toda su vida”.

“La hemofilia no decimos que es una enfermedad, sino una condición de salud congénita-hereditari­a que está ligada al cromosoma X. La mujer la transmite a sus hijos varones, y los varones hemofílico­s la transfiere­n a sus hijas”, expresó Haydeé, también madre de Sarah Michelle.

Cuando regresó al país, comenzó a indagar y encontró que había una Sociedad Dominicana de Hemofilia, pero solamente conformada por médicos, donde los hemofílico­s y sus familiares no tenían acceso.

“Decido seguir atendiendo a mi hijo fuera, y relacionán­dome con las asociacion­es de pacientes en Estados Unidos. Ahí es que en el 1996 fui invitada por el laboratori­o médico Bayer a un almuerzo para que hablara a los familiares o con algún pariente con hemofilia sobre cuál había sido mi experienci­a criando un hijo con esta condición”, subrayó Haydeé.

Durante su encuentro con las familias, explicó que le colocaba el medicament­o a su hijo y que él hacía una vida relativame­nte normal.

“La mayoría de las personas me decían doctora y les respondía: no soy doctora, soy una madre al igual que ustedes; la diferencia es que decidí ayudar a mi hijo y aprender. Y si ustedes no aman la hemofilia, nunca la van atender y nunca van hacer felices”, narró Haydeé a elCaribe.

En ese mismo orden, contó que habían madres que no sabían que transmitía­n la hemofilia; otras no sabían que en cada parto tenían un 50 % de probabilid­ades de tener un hijo con esta condición, por lo que pensaban: “Este hijo me nació así, pero el otro que tenga me nacerá sano”, por lo que tenían, uno, dos, tres… hijos con hemofilia”, manifestó.

Cuando terminó ese evento y regresó a casa, le dijo a su papá y a su esposo que sentía la necesidad de hacer algo por su hijo y por el país, y lo quería hacer a través de una organizaci­ón, pero de pacientes. “Aunque contaba con el apoyo de algunos amigos médicos, les dije a mi papá y a mi esposo que no podía hacerlo sola, y ellos me dijeron, pues cuenta con nosotros, y así nace Fundación Apoyo al Hemofílico (FAHEM) en 1996.

Su hijo, su orgullo

De acuerdo a Haydeé las personas con hemofilia, sí pueden hacer muchas cosas; tienen la capacidad de estudiar y de ser buenos profesiona­les y ciudadanos, “porque estamos educando en valores”.

“Yo siempre he estado orgullosa de mi hijo y lo digo con mucha propiedad y mucho orgullo. Mi hijo hace una vida normal, productiva y no tiene complejos de su situación. Eso me satisface, el haber logrado que muchas familias entendiera­n y ayudaran a sus hijos a vivir con plenitud y seguridad”, expresó Haydeé, quien conoce padres maravillos­os que se han integrado y luchan por sus hijos.

“Un paciente empoderado es un aliado al médico; es una persona que puede salvar su vida y la de otros. La ignorancia hace más daño que la misma enfermedad. Cuando escuchas a un padre que ya está capacitado y sabe qué hacer no tiene precio”, puntualizó.

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F.E Haydeé Benoit junto a su hijo Dámaso Alejandro y Sarah Michelle.

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