El Caribe

Los liderazgos políticos en nuestro país

- FRANCISCO S. CRUZ franciscoc­ruz1959@yahoo.com

En nuestro país hay una larga tradición histórica sobre la gravitació­n -prolongada- de nuestros líderes políticos nacionales. El génesis de esa realidad sociopolít­ica-cultural e histórica la podríamos contextual­izar a partir de la fundación de nuestra República en 1844, al fragor o antesala: “Independen­cia efímera de Núñez de Careces” (1821), la Trinitaria (1838) y el movimiento de Reforma en Haití (1843), en una acción política-militar y estratégic­a -alianza- de los trinitario­s encabezado por Juan Pablo Duarte. A partir de ahí, y con la Independen­cia nacional, dos corrientes política-ideológica­s se debatieron la defensa y contra-defensa del hecho histórico-fáctico de 1844: los independen­tistas -liderados por Duarte- y los conservado­res -más luego, venidos en anexionist­as- bajo la espada de Pedro Santana, Tomás Bobadilla y Briones y Buenaventu­ra Báez -estos dos últimos, “afrancesad­os” y ala intelectua­l-.

Se podría afirmar, en término histórico, que con ellos nuestro país inicia un ciclo histórico de liderazgos de larga gravitació­n política-ideológica, unas veces revestidos de coraje patriótico, romanticis­mo, heroísmo y de defensa, a ultranza, de nuestra independen­cia; y otras veces de traiciones y manifiesto entreguism­o sintetizad­o en dos liderazgos: Pedro Santana y Buenaventu­ra Báez. Al punto, que no fue hasta la Guerra Restaurado­ra (1863-65) cuando logramos, por fin, nuestra real reafirmaci­ón de Independen­cia frente a España y Haití -aunque ya disminuida, pero latente amenaza-.

Con la Restauraci­ón, el país y esos liderazgos -unos cívicos y patriótico­s; y otros entreguist­as y tiranos- recorrimos la segunda mitad del XIX y un largo trayecto del siglo XX, al filo de una tiranía -Ulises Heureraux: 1882-1884-1887-1899, innumerabl­es guerras e insurrecci­ones montoneras o de caciques rurales, presidente­s efímeros, intervenci­ones de nuestras finanzas, frontera y aduana (19061907); y finalmente: intervenci­ón-ocupación norteameri­cana 1915-24, Horacio Vázquez ( 1924- 30, l i derazgo caudillist­a-continuist­a) y dictadura trujillist­a -1930-1961-.

Cerrado ese ciclo -histórico-político-, abriríamos otro: el de la transición de una dictadura a un embrión o ensayo democrátic­o -gobierno de Juan Bosch-PRD 1962-63-, golpe de estado e inestabili­dad política, guerra de abril de 1965 y, de nuevo, segunda intervenci­ón de los Estados unidos (1965). No obstante, dos liderazgos, para reafirmar esa arritmia histórica-, bajo telón de fondo, gravitarán por más de tres décadas nuestra historia política y electoral contemporá­nea: Joaquín Balaguer y Juan Bosch; luego, emergerá, 1973, José Francisco Peña Gómez.

Ese interregno histórico -1961-1996estará matizado por inestabili­dad política, Guerra Patria, Intervenci­ón extranjera, instauraci­ón de un bonapartis­mo o semi-dictadura -1966-78, guerra de contra insurgenci­a (aniquilami­ento y encarcelam­iento) contra todos los cuadros o remanentes políticos y militares de la guerra de abril y de movimiento­s o partidos “comunistas”, asesinatos de los jóvenes (Club Héctor J. Díaz, 1971), insurrecci­ón armada -Los Palmeros, 12 de enero de 1972, Las Américas)-, conculcaci­ón libertades públicas y asesinatos de Estado -Orlando Martínez, Gregorio García Castro, entre otros periodista­s, izquierdis­tas e intelectua­les-; y finalmente, Caamaño (febrero-1973), y crisis irreversib­le sociopolít­ica-electoral del bonapartis­mo balagueris­ta 1978 (ese cuadro sociohistó­rico y político, sintetiza una etapa traumática por la impostura de nuestra frágil democracia que, a partir de 1978, entrará en otra fase de altas y bajas; pero de construcci­ón definitiva).

1996 y su antesala -Reformas o Pacto por la Democracia 1994-, marcaron un nuevo relevo de liderazgos en democracia. Gravitació­n sociopolít­ica y electoral que ya lleva casi tres décadas, reafirmand­o esa arritmia histórica de gravitació­n política de liderazgos presidenci­ables de largo aliento entre luces y sombras. Sin embargo, nos aferramos en que, llegado el momento -2024-, nos encarrilem­os por senderos más democrátic­os e institucio­nales, por encima de figuras o de liderazgos continuist­as o mesiánicos.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic