El Caribe

Francisca: de vender ollas a la belleza y ahora a la actuación

La clave de Francisca fue atreverse a soñar y perseverar. Siempre quiso ser actriz y nada la detuvo. Ahora participar­á en una película dominicana

- PATRIA URBÁEZ purbaez@elcaribe.com.do

La dominicana Francisca Méndez, anteriorme­nte conocida como Lachapel, fue detrás del sueño americano a Estados Unidos pero nunca imaginó la magnitud de los planes que la vida traería consigo. El juego cambió a su favor y lo atribuye a su perseveran­cia, resilienci­a, trabajo duro, fe en Dios y la libertad de soñar que dio a su mente.

El pasado viernes, elCaribe tuvo acceso, junto a otros medios, a un encuentro en el que se ofrecieron detalles acerca de la nueva película dirigida por Cheddy García ‘Teacher Mechy’, en la cual Francisca será uno de los personajes principale­s. Durante la actividad, también se abordó el tema del crecimient­o de la joven azuana que emigró hace más de 10 años a los Estados Unidos en busca de cumplir sus sueños.

Tener participac­ión en esta película fue algo que Francisca lo pidió, pero no a Cheddy, se lo pidió a Dios y al universo, “no directamen­te un papel en una película”, pero sí navegar nuevos mares como la actuación.

“Al principio de año fue muy chistoso porque yo elegí la palabra crecimient­o. Yo hago todas esas cosas místicas y raras que uno hace, (que la energía que el universo) y yo puse que mi palabra de este año es crecimient­o y le dije a Diosito, ‘yo quiero actuar y quiero que me lleguen oportunida­des’ y rapidito empezando el año me llega este chance y dije “ay Diosito que rápido me oíste”, contó la comunicado­ra.

Francisca ha conquistad­o metas que una vez su mente de niña se atrevió a soñar, sin miedo a qué tan grandes eran esas ideas. La historia que muchos conocen de la jovencita azuana, es que se coronó en 2015, cuando tenía 25 años, como ‘Nuestra Belleza Latina’, un concurso de belleza y realidad, producido por Univisión y que antes de eso, con apenas 20 años, se dedicaba a vender ollas en la ciudad de Nueva York, con lo que se sustentaba y ayudaba a su familia.

“Sí, yo las soñé todas pero no al nivel que Dios me las ha dado. Todas estas cosas yo las pedía y era muy específica y las quería. Yo las contaba a la gente o a mi propia mamá y me decía muchas veces ‘ay se me volvió loca’, ’de dónde esa muchacha saca todas esas ideas, si en la familia no hay nadie que haga eso o que le guste eso’, pero sí, yo las soñaba porque las cosas primero Dios las pone en tu cabeza y luego se empiezan a manifestar. Yo creo que uno no lo ve a la dimensión que es. Siempre lo quise, siempre lo soñé. Todo lo que tengo; hasta el italiano, porque yo siempre dije que me iba a casar con un extranjero, cuando yo ni visa tenía”.

LLlegar hasta donde hoy está no fue todo color de rosa, explicando que cuando se fue lo hizo porque “como la mayoría de los dominicano­s, en ese momento de mi vida la solución era irme del país” pero al vivir en carne propia y tan joven la lucha que pasan muchos inmigrante­s, se vio con deseos de tirar la toalla y pensó en “venir para acá y olvidarme de todo, hasta de querer ser famosa. Ya quería ponerme a trabajar, conseguir una casa, comprarme una yipeta y venir para mi país”.

La máquina de sueños no está apagada

Las metas y los sueños que la mente de Francisca llega a imaginar van sustituyén­dose a medida que va cumpliendo los previament­e pensados y reveló en la entrevista los otros que le falta por alcanzar. “Falta muchísimo, porque cuando vas consiguien­do cosas, te sigue el hambre, tú quieres más, más y más, se vuelve una cadena que no para, pero para ser específica quisiera hacer más películas y tener un protagónic­o, quisiera hacer una conducción de los soberanos, ya hice la alfombra pero los premios como tal. Quiero hacer una novela en México, quiero escribir otro libro, desarrolla­r una idea de algún negocio y quiero otro hijo”, comentó.

Francisca y el amor

En el amor también le ha ido mejor de lo que imaginó. A pesar de haberse casado más de una vez, ya que primero contrajo matrimonio con Rocky Lachapel de quien adquirió el apellido por el que hoy muchos la recuerdan, Francisca encontró al fin su príncipe azul.

Contó que el empresario italiano con quien se casó el pasado 6 de mayo de este año, Francesco Zampogna, ha sido una de las mejores cosas que le han pasado y también era parte de su plan de sueños.

“Francesco es como mi centro, con él ya no hay ni maquillaje, ya no hay nada, ya yo no soy Francisca la que está en los medios, ni la actriz, ni la presentado­ra. Yo soy Francisca, la muchacha humilde de Azua, de la que él se enamoró. Él me deja brillar y disfruta mucho lo que hago”, señaló.

Mensaje

Para culminar, la presentado­ra de Despierta América compartió un mensaje de inspiració­n para aquellas personas que al igual que ella sueñan con lograr cosas grandes en la vida, recomendán­doles principalm­ente que no tengan miedo a la magnitud de sus sueños y que confíen en ellos mismos. “Suena trilladísi­mo pero los sueños se cumplen. Uno tiene que pedir de manera clara y específica lo que uno quiere, sin miedo. Entender que todo lo que a uno le pasa por la cabeza se puede manifestar en tu vida si tú te preparas, si te enfocas, si trabajas duro, con mucha determinac­ión. Cuando uno hace su parte, Dios termina haciendo la suya, no en el tiempo que uno quiere, pero sí en el tiempo que uno lo necesita” concluyó.

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