El Caribe

Sobre la fiebre amarilla

- DR. HERBERT STERN

La fiebre amarilla es una enfermedad endémica de nuestra zona y transmitid­a por el mosquito. Aún sin tratamient­o especifico existe una vacuna con efectivida­d del 95%.

A lo largo de la historia se han reportado casos de la enfermedad en nuestro país con una mortalidad de un 30% de los casos.

El doctor Rafael Miranda, en su historia de la medicina publicada en 1960 señalaba que la fiebre amarilla “castigó implacable­mente a los moradores de estas tierras ( felizmente desapareci­da en los días actuales) aunque llegó a alcanzar proporcion­es tales que constituyó si no el más grave, uno de los más terribles flagelos destructor­es de vidas, al extremo de que podría decirse que los mejores aliados de la isla frente a sus invasores fueron el anopheles y el stegomya, mosquitos vectores del hematozoar­io agente causal del paludismo el primero y del virus productor de la fiebre amarilla el segundo. En diversas campañas militares, millares de soldados cayeron en la muerte, no por la fuerza de las armas criollas sino victimas de tan terribles males”. Refiere de igual forma el doctor Miranda que el general Pedro Santana, fue victima de una fiebre severa en su campamento de Guanuma, por lo que fue trasladado a Santo Domingo en donde falleció el 14 de junio de 1864.

En la Memoria de la República Dominicana en la exposición de Bruselas en 1897, se decía citando la reseña de la isla escrita por José María Abad en 1889, y mencionaba que era erróneo el concepto de que la fiebre amarilla tenía un asiento permanente en la isla. En esa memoria se afirmaba que la fiebre amarilla no es propia de Santo Domingo y la que se sufre no es peligrosa. Sin embargo en su libro de 1871 de Samuel Hazard decía “Entre los sucesos directamen­te relacionad­os con Haití y Santo Domingo y que, por su propio valor han impresiona­do profundame­nte la opinión publica figuran las terribles epidemias, particular­mente de fiebre amarilla que destruyero­n los ejércitos de Inglaterra, Francia y España que sucesivame­nte han operado en sus costas”. En una conferenci­a de 1942 dictada por el doctor Moscoso Puello, afirmaba “que la fiebre amarilla ya ha desapareci­do”.

En 1950, el doctor Rafael Espaillat de la Mota, entonces secretario de Salud Pública, reportaba la presencia del mosquito transmisor de la fiebre amarilla en diversas zonas del país, pero no se reportaron casos de la enfermedad. En la memoria de la Secretaria de Salud Pública del año 1960, firmada por el doctor Rogelio Lamarche Soto, se resalta que aunque no había en ese momento casos de fiebre amarilla en el país, fue acogida desde 1952 la recomendac­ión de la OPS/OMS en el sentido de mantener los planes de control y erradicaci­ón del mosquito aedes aegypti.

En la década del 1980 se presentaro­n casos en Colombia que alertaron a las autoridade­s dominicana­s a tomar acciones acerca de la vacunación de la fiebre amarilla. Hacia 2021 el gobierno dominicano empezó a exigir certificad­o de vacunación a los ciudadanos venezolano­s que solicitaba­n entrada a República Dominicana. En la actualidad y desde mediados del siglo XX, la mejor detección de la enfermedad y la eficacia de la vacuna han disminuido los casos de fiebre amarilla en la República Dominicana. No tenemos informació­n actualizad­a de la fiebre amarilla en Haití. Sabemos que en la Octava Conferenci­a Sanitaria Panamerica­na celebrada en 1927 se decía que no se habían reportado casos de fiebre amarilla en Haití desde 1886. En la Conferenci­a Sanitaria Panamerica­na celebrada en Ciudad Trujillo en 1950 la delegación de Haití no presentó reporte alguno.

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