El Caribe

Bayaguana aún vibra con el palo de Encarnació­n

Los padres de Jerar conversan con elCaribe sobre la emoción del histórico debut del jardinero de los Marlins

- JULIO E. CASTRO C. jcastro@elcaribe.com.do Fotos: Jhonny Rotestán BAYAGUANA, MONTE PLATA

Más orgullosos de su hijo, imposible. Así es como Manuel Encarnació­n y Carmela Olmos Alcalá se definen tras histórico debut de su vástago Jerar Encarnació­n en las Grandes Ligas el pasado domingo con los Marlins de Miami.

A don Manuel aún se le dificulta hablar claro, mientras que a su esposa la emoción todavía la embarga. “No puedo hablar muy bien. Sigo ronco”, dijo el progenitor a elCaribe en su residencia en este municipio. “Fue una cosa grandísima lo que sucedió ese día. Estábamos esperando que ese momento llegara y gracias a Dios que se le pudo cumplir. La emoción que tengo aún todavía no me la conozco. No se me ha quitado. Darle las gracias también al equipo de los Marlins por confiar en nuestro hijo. ”, agregó.

La entrevista de los padres de Jerar con elCaribe se produjo momentos antes de dirigirse al aeropuerto internacio­nal Las Américas, desde donde partirían con destino a Miami para acompañar a su hijo.

“Creyéndole a Dios, y con la fe puesta en Él, se puede lograr lo imposible. A lo mejor era imposible para él y para nosotros el que no llegaría, pero para Dios fue todo posible. Si no fuera por nuestro Señor Dios, mi hijo no estuviera en el lugar donde se encuentra en la actualidad”, relató Carmela, una fiel creyente al igual que el resto de su familia.

De los 868 dominicano­s que han llegado a las Grandes Ligas, Jerar Encarnació­n se convirtió en el primer debutante que su primer cuadrangul­ar fue con las bases llenas. Asimismo, es el primero, desde 1901, en disparar un jonrón con las almohadill­as congestion­adas, robarse una base y hacer una asistencia en los jardines en su debut en MLB.

También es el segundo jugador de los Marlins en dar un palo con bases llenas en su estreno en la Gran Carpa, uniéndose a Jeremy Hermida, quien lo hizo el 31 de agosto del 2005 y noveno jugador de desde el 2000 cuyo primer hit es un vuelacerca con hombres en cada base.

“Fue una locura la que se vivió ese día en todo el pueblo de Bayaguana y más con la celebració­n de las fiestas patronales. Salimos a las calles a celebrar, luego en la casa vinieron a felicitarn­os y a bendecir cada día más a mi hijo”, dijo una orgullosa madre tratando de contener las lágrimas. A su lado, también estaban Vanielys Encarnació­n (hermana menor de Jerar), su sobrina Amaya Encarnació­n

y su amigo Roiniel Polanco.

Registro Encarnació­n es parte de los 20 prospectos criollos que han debutado en las Mayores este año

Momentos difíciles

Doña Carmela relata que su hijo, al ver que no lo firmaron en 2015, se desmoronó, encerrándo­se en su habitación a llorar. Es en ese momento que la dama sacó fuerzas para animarlo y así seguir echando hacia adelante por alcanzar el sueño de ser profesiona­l.

“Siempre le decía a Jerar tranquilo mi hijo que tú nombre está escrito y lo escribió el Señor. Él te va a ayudar y no du

rará mucho en hacerlo. Lo que es de Dios es de Dios tranquilo que todo obra para bien. Hay que vivir conforme a la voluntad de Dios, porque Él no se queda con nada de nadie”, relató.

Expuso que días después esa tristeza cambió por felicidad, agregando que tres equipos mostraron interés en hacerse de sus servicios, entre estos los Marlins, equipo que le otorgó, en septiembre de 2015, un bono por un valor de 78 mil dólares.

Otro duro momento que vivieron fue la muerte de Anderson Encarnació­n tras un accidente de motociclet­a. “Jerar creía que Anderson era su papá. Anderson era el mayor de los hermanos. Él falleció la noche de un jueves santo en un accidente. Todo el mundo pensaba que ya no iba a ver más familia tras su muerte. Anderson le dio mucho amor a su hermano. Fue quien incentivó a Jerar a que no dejara la pelota, que iba a ser el Grandes Ligas de la familia y así fue. A Anderson también lo veíamos como un ejemplo en esta casa. Sé de lo orgulloso que debe de estar desde el cielo”, narró entre lágrimas su padre Manuel.

Anderson también jugaba béisbol. En una exhibición ante escuchas (scouts), recibió un pelotazo en un tobillo, culminando así el sueño de ser profesiona­l.

“Somos una familia tan unida, que lloramos uno por el otro. Aquí el dolor de uno es del otro. Así como hemos sufrido bastante, también hemos disfrutado bastante”, señaló su madre. En sus dos primeros partidos con los Marlins, el jardinero derecho de 24 años (22 de octubre de 1997) ha disparado un hit (el jonrón con las bases llenas), cuatro remolcadas y dos anotadas. Promedia .125 y se ha ponchado en una sola ocasión en ocho presentaci­ones en la caja de bateo.

Le encanta su moro

Cuando Jerar está en su natal Bayaguana, compartir con sus amigos cercanos y niños de su entorno es una pasión que disfruta. También degustar moro con pollo guisado o un locrio de pollo están entre sus platos favoritos.

“No bebe, no fuma. Lo de él es compartir mucho con sus amigos y con niños de la zona en el estadio. No le gusta estar fuera de la casa a altas horas de la noche. Una vez salió con Anderson a una fiesta y de un momento a otro, su hermano llamó a la casa preocupado porque no lo veía y yo le dije que estuviera tranquilo que él tenía rato durmiendo”, recuerda su madre. “Eso de estar de fiesta en fiesta eso no va con él. Claro, ellos tienen derecho a la diversión, pero ese no es su tipo. Lo de él es su casa, su familia, sus amigos y los niños”, agregó.

Orgullo dominicano

Durante la conversaci­ón, su madre recibió una videollama­da del propio Jerar, lo que aprovechó elCaribe para abordarlo. Indicó que se mostró muy orgulloso de convertirs­e en un dominicano más en representa­r la bandera tricolor en el mejor béisbol de los Estados Unidos. “Emocionado me siento con todo esto que está pasando en poco tiempo. Ese orgullo que uno tiene como dominicano se siente en las Grandes Ligas y eso te motiva a no desmayar. A dar el cien por ciento en favor de todo un pueblo que te sigue”, manifestó Encarnació­n.

Sobre el jonrón con las bases llenas, expresó que es el segundo que dispara en toda su carrera profesiona­l. “Recuerdo que el primero fue en 2017 en la Rookie League (Liga de Novatos) en La Florida. Desde ese entonces no lo había vuelto a hacer”, expresó el patrullero, que en la pelota dominicana pertenece a las Águilas Cibaeñas. Jerar es uno de 20 prospectos criollos que han debutado en las Mayores en la actual contienda. Asimismo, es el primer pelotero de Bayaguana que llega a las Mayores. “Me siento muy orgulloso de ser de un municipio que ha dado tantas glorias al deporte dominicano”, dijo Jerar, quien esperó siete años para llegar a las Grandes Ligas.

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Roiniel Polanco, amigo de Jerar (izq.), Vanielys Encarnació­n (hermana), Amaya Encarnació­n (sobrina) y sus padres Carmela y Manuel.

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