Dice violan controles en puntos fronterizos
El presidente del Instituto Duartiano, Wilson Gómez Ramírez, informó ayer que la entidad recibe constantes denuncias del paso sostenido de ilegales e indocumentados haitianos por El Aguacate, Los Arroyos, Puerto Escondido, Mal Paso, Jimaní y otras zonas de la provincia Independencia.
Indicó que lo mismo ocurre por Aguas Negras, Los Arroyos y Las
Mercedes en la provincia Pedernales y en lugares de las provincias Elías Piña y Dajabón, lo que resulta altamente preocupante para la seguridad de la República Dominicana.
Durante una rueda de prensa en la que anunció una serie de actividades por el natalicio de Juan Pablo Duarte y el mes de la patria, Gómez indicó que también reciben denuncias de supuestos cobros directos de civiles que comprometen a determinados estamentos militares vinculados a los controles en las carreteras del país, por lo que consideró que esto amerita una cerrada supervigilancia por parte del Ministerio de Defensa.
Problemática
“Es vox populi que la mayoría de los haitianos deportados a su país regresan antes de las 48 horas a la República Dominicana, esto revela las inequívocas debilidades de los mecanismos de control fronterizo, sin que se han hechos esfuerzos suficientes para conjurar la situación, incluso se registran casos de haitianos que han sido devueltos decenas de veces y logran burlar la vigilancia para reingresar a nuestro país”, enfatizó.
Agregó que a la entidad patriótica le preocupa, además, que no se esté aplicando el registro biométrico con la debida rigurosidad y por todos los pasos fronterizos como garantía de la protección de la seguridad nacional, del impedimento de ingreso al país de personas con perfil sospechoso, de prófugos de la justicia e indocumentados.
Apuntó que es necesario proveer del apoyo económico, material y moral a los cuerpos castrenses, para que estos puedan realizar su labor de defensa de la soberanía y que se provean fondos adicionales a la Dirección General de Migración para que puedan realizar su labor sin precariedades, inclusive, en absoluto control de los migrantes haitianos establecidos de manera anárquica y desproporcionada en las comunidades y barrios del país. Gómez Ramírez reiteró que hay que lanzar una gran ofensiva diplomática mundial, incluida, un amplio ejercicio de diplomacia pública y ciudadana, con guía escrita, rigurosa y unidad de criterios, ante todas las embajadas y los organismos internacionales.