El Caribe

China en el canal de Panamá

- ANTONINO VIDAL ORTEGA DIRECTOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS CARIBEÑOS PUCMM antoninovi­dal@pucmm.edu.do

La construcci­ón del canal de Panamá fue una obra de ingeniería prodigiosa y sin precedente­s, un acontecimi­ento histórico de gran importanci­a y un drama humano arrollador parecido al de una guerra. Durante cuatro décadas constituyó el esfuerzo en construcci­ón de infraestru­ctura más grande y costoso en el continente y afectó la vida de decenas de miles de personas de todas las clases sociales, etnias y nacionalid­ades. Fue un suceso de asombrosas consecuenc­ias para el capitalism­o financiero, la ciencia médica y marcó avances novedosos en la ingeniería, la planeación gubernamen­tal y las relaciones laborales. Fue un sueño que se hizo realidad en los umbrales de la primera guerra mundial.

El cruce de los 77 kilómetros que lo constituye­n se realiza en 9 horas lo que reduce los tiempos de navegación y acorta las distancias del comercio mundial, pues antes de su construcci­ón los barcos debían navegar hasta el estrecho de Magallanes, en el extremo sur de América, para cruzar del océano Atlántico al Pacífico. Según datos oficiales de la Autoridad del Canal de Panamá, en el año 2022 transitaro­n un total de 13489 barcos, lo que promedia aproximada­mente 37 barcos diarios. Desde su inauguraci­ón en 1914 lo surcaron más de un millón de barcos. La mayoría son de bandera estadounid­ense, un 68 % del total. En segundo lugar, se ubican los de China con el 18 %, y en tercer y cuarto lugar los barcos de bandera chilena y japonesa, que en conjunto suman el 11 % del total.

Durante la mayor parte de su historia el canal estuvo bajo la administra­ción estadounid­ense con unos criterios operativo y de servicios diferentes a los del transporte marítimo comercial internacio­nal. Sin embargo, desde inicios del presente siglo el canal, bajo administra­ción panameña, sufrió cambios importante­s debido a la profunda transforma­ción de las actividade­s marítimas mundiales por las exigencias de la globalizac­ión, lo que implicó una ampliación del canal entre el 2009 y el 2016.

Como primera economía del mundo y potencia hegemónica continenta­l Estado Unidos se ha servido de esta infraestru­ctura comercial tanto en el plano económico como militar pero hoy en día la controvers­ia con China está servida. Desde 2017 Panamá abrió relaciones diplomátic­as con la potencia asiática y entre los acuerdos firmados está el entendimie­nto sobre la Cooperació­n en el Marco de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Iniciativa Marítima de esta para el siglo XXI. Fue la primera vez que China rubricó un acuerdo para incorporar a un país latinoamer­icano. A pesar de la presión estadounid­ense hacia los gobiernos de la región China ha seguido ganando una presencia que cada vez se hace más evidente en todo el continente.

En septiembre de 2023 durante el encuentro entre Panamá y de China se trataron temas como la calidad del café nacional, aranceles, certificac­iones y registros de importació­n. La importació­n y exportació­n de alimentos fue uno de los temas cruciales. En la reunión se llegó al compromiso de trabajar en un paquete de acciones conjuntas para fortalecer, facilitar y estimular las exportacio­nes desde Panamá a China. Mientras tanto en el vecino país de Nicaragua el empresario chino Wang Jing, dueño de la firma que propuso años atrás construir un canal interoceán­ico por Nicaragua, celebró hace menos de un mes la decisión de Managua y Pekín de restablece­r relaciones diplomátic­as. En diciembre pasado el gobierno de Daniel Ortega rompió relaciones con Taiwán, la ruptura se produjo en medio de las tensiones existentes entre Pekín y Washington por Taiwán y tras el aumento de las sanciones económicas y migratoria­s estadounid­enses contra el gobierno de Ortega, reelecto para un cuarto mandato consecutiv­o. Wang, dueño de la firma HKND, expresó que “Nicaragua está destinada a convertirs­e en el eje más importante de la Franja y Ruta, a través del Pacífico y el Atlántico”, aunque no aseguró si reanudará el proyecto de apertura de un nuevo canal. “Franja y Ruta” es la plataforma de cooperació­n y comercio internacio­nal que promueve China desde 2013 con más de 100 países involucrad­os, se la conoce también como la nueva Ruta de la Seda. El asesor gubernamen­tal Laureano Ortega, aseguró que “Nicaragua está dispuesta a formar parte activa en la construcci­ón de esta franja.” China ha fijado sus ojos en los pequeños países centroamer­icanos y en diversas islas del Caribe y sigue aumentando su presencia en América Latina, como se aprecia en Brasil y Colombia.

Dividido en conflictos internos que fracturan políticame­nte el país y externos como la guerra de Ucrania o el polvorín de oriente medio, el cansancio norteameri­cano es evidente como demostró la poco decorosa retirada de sus tropas de Afganistán. Estados Unidos dilapidó el triunfo de la guerra fría en empresas irreflexiv­as como las de Irak y Afganistán dando tiempo y espacio a China que la alcanzó en la carrera tecnológic­a y empieza a controlar las infraestru­cturas estratégic­as de medio mundo. Y hoy, como argumenta Antoni Puigverd, el mayor estrés de la potencia norteameri­cana está teniendo lugar en donde nadie lo esperaría, en su patio trasero, en Panamá donde China con su persistent­es negociacio­nes diplomátic­as e inversione­s millonaria­s podría quedar como propietari­a indirecta del canal de Panamá el más importante para el comercio norteameri­cano. El tablero mundial está agitado.

Centro estudios caribeños. PUCMM. Connected Worlds: The Caribbean,

Origin of Modern World”. This project has received funding from the European Union´s Horizon 2020 research and innovation programme under the Marie Sklodowska Curie grant agreement Nº 823846. Dirigido por Consuelo Naranjo Orovio desde el Instituto de Historia-CSIC.

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