El Caribe

Inabie y Educación ¿serán buenas noticias?

- FRANCINA HUNGRÍA francinahu­ngria@gmail.com

La semana comenzó con dos noticias que llamaron poderosame­nte mi atención. De un lado, la vicepresid­enta de la República informó que los centros educativos del país contarían con servicios de salud preventiva. Del otro, Víctor Castro, director del Instituto Nacional de Bienestar Estudianti­l (Inabie), informó que el presupuest­o de esa institució­n en 2024 será de RD$43,000 millones.

Ambas noticias tienen relevancia por lo que implican para la comunidad estudianti­l. El programa de salud escolar, aplicado con un enfoque integral, es una oportunida­d única para abordar retos como la ceguera y la discapacid­ad auditiva evitables.

De acuerdo con cifras de la Organizaci­ón Mundial de la Salud del año pasado, en el mundo hay alrededor de 2200 millones de personas con algún grado de discapacid­ad visual. De estas, por lo menos mil millones pudieron haberse evitado o se podrían tratar, cerca del 50 por ciento.

En los centros educativos esta proporción, a juzgar por la falta de datos disponible­s, podría ser mayor. En distintas ocasiones he visitado comunidade­s en las que me presentan a jóvenes diciéndome que tienen discapacid­ad visual o auditiva y al evaluarles, resulta que, con unas lentillas o auriculare­s, se superaba la condición.

En ese sentido, Inabie tiene los servicios de salud entre sus responsabi­lidades y Víctor Castro acaba de decir que junto a la entrega de útiles escolares y el Programa de Alimentaci­ón Escolar, continuará­n la inversión en servicios de salud. Si se considera que, sólo en 2023 esta entidad benefició a 2.2 millones de estudiante­s del sistema de educación pública, equivalent­es a 715,000 familias de todo el país, es enorme el potencial de respuesta que tiene en sus manos esta institució­n para:

- Primero, abordar las demandas de recursos didácticos del estudianta­do que tiene algún tipo de discapacid­ad. Cada año, las familias de estudiante­s con alguna condición física, cognitiva o sensorial hacen una inversión al menos cinco veces más grande que la realizada en un estudiante sin discapacid­ad, lo que representa una carga mayor para los hogares que viven en condicione­s vulnerable­s.

- Segundo, evitar el desarrollo de condicione­s de discapacid­ad mediante operativos de detección temprana. En este momento hay distintos kits de optometría móvil que permiten evaluar y diagnostic­ar in situ, agilizando la capacidad de respuesta y prevención.

Lo que me ha extrañado es que el anuncio de la vicepresid­enta y el de Víctor Castro, teniendo cierta semejanza, parecieran no estar vinculados. La articulaci­ón de esfuerzos en esa dirección elevaría la calidad de vida del estudianta­do dominicano, con los resultados consecuent­es en su desempeño escolar.

El otro aspecto importante de las inversione­s que hará el Inabie tiene que ver con la identifica­ción y la facilitaci­ón de servicios a estudiante­s con discapacid­ad. En 2023, esta entidad destinó RD$29,000 millones a la contrataci­ón de servicios múltiples, entre los que se encuentra la distribuci­ón de útiles escolares. Convendría saber cuántos de estos materiales fueron destinados para las y los estudiante­s que tienen algún tipo de discapacid­ad.

En el caso de que se haya destinado una línea presupuest­aria para la adquisició­n de materiales braille, lupas u otros recursos, sería pertinente dar a conocer estos datos. Uno de los desafíos que tienen las organizaci­ones de sociedad civil que trabajan con esta población es la falta de data actualizad­a y objetiva que permita afinar las decisiones. Y el Inabie, así como el Ministerio de Educación, tienen la posibilida­d de levantar un flujo inmenso de informació­n útil y actualizad­a en torno a esta población.

Ahora es momento de la nota dura: el 92.4% de las personas con discapacid­ad entre 5 y 21 años, registrada­s en la base de datos del Sistema Único de Beneficiar­ios (Siuben), no asiste a la escuela y el 35.7% de esta población que tiene entre 15 años o más no sabe leer ni escribir.

Y si consideram­os que, de acuerdo con la Enhogar 2021, el 11.3% de los niños y adolescent­es de cinco a 17 años en nuestro país tienen alguna discapacid­ad, quiere decir que hay una cantidad exagerada de niñas y niños que están fuera del sistema educativo o que no están aprovechan­do lo que les ofrecemos como país. Y esto se confirma cuando vemos que solo cinco de cada 10 personas con discapacid­ad de entre 15 y 27 años se inscribier­on en el año escolar 2021-2022.

Esta es la tercera razón por la que celebro el incremento en el monto presupuest­ario del Inabie. Me permite estimar que, centrándos­e en el bienestar de toda la población estudianti­l, contará con los medios efectivos para identifica­r dónde está la población con discapacid­ad en edad escolar y junto al Minerd interpondr­á los medios para que reciban una educación equitativa.

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