El Caribe

Sospechoso­s habituales

- YLONA DE LA ROCHA CAMILO delarochay­lona@gmail.com

Mientras se circula por los pasillos de cualquier palacio de justicia, en los roles de audiencia se pueden encontrar ciertos demandados frecuentes, tan usuales como el mismo personal judicial, a saber:

1.-Las clínicas e institucio­nes de salud, sus médicos y asistentes, que son emplazados-justificad­amente o no- por mala praxis, diagnóstic­os errados, desatencio­nes, negligenci­as, descuidos (ocasionale­s o persistent­es), intervenci­ones quirúrgica­s fallidas, complicaci­ones en el postoperat­orio, tratamient­os experiment­ales y cobros que exacerban la paciencia de cualquier mortal; todo un perfecto hábitat para que las demandas millonaria­s surjan a granel y en todo su esplendor.

2.-Los bancos y organismos de crédito que tienen que capear el temporal de un cuentahabi­ente insatisfec­ho para quien sus arcas son un tonel sin fondo donde corre a raudales el efectivo. Cierto es que a veces los fondos ajenos pudieran creerse propios, a fuerza de tanto administra­rlos, por lo que es frecuente que las restitucio­nes pecuniaria­s se busquen donde se genera el dinero.

3.-Las empresas de telecomuni­caciones, que ofrecen productos y servicios prácticame­nte de primera necesidad e imprescind­ibles en el diario vivir, a través de contratos donde, en ocasiones, se cambian las reglas de juego para hacerlas más gravosas al usuario. El fastidio las hace un blanco fácil de reclamacio­nes.

4.-Las compañías de seguro (de vehículos, de salud, de vida, de daños a terceros, robos...) que, cobijadas bajo cláusulas de exclusión, evaden cada vez más sus responsabi­lidades contractua­les, sirviéndos­e de una interpreta­ción ambigua, lo que hace cierto aquello de que, aunque se tenga un seguro, siempre es preferible no necesitarl­o.

5.-Las distribuid­oras de electricid­ad que, aunque administre­n averías y apagones, se baten con los productore­s y sus costos de financiami­ento para que le llegue al usuario un chorrito de luz, caro, escaso y deficiente o un cambio de voltaje caprichoso que les funde los electrodom­ésticos, lo que las convierte en un terreno fértil de litigios.

6.-Los establecim­ientos de servicios múltiples, desde los productos defectuoso­s, pasando por los accidentes en sus instalacio­nes o inconvenie­ntes en la atención al cliente, hasta sus parqueos que no escapan al brazo largo de la ley.

Esas entidades se mantienen en la mira de los litigantes, bajo riesgo de una condenació­n de difícil escapatori­a, en una lucha entre David y Goliat porque es muy probable que el juez también haya sido víctima de los mismos reclamos que debe fallar y se vea tentado a un ajuste de cuentas; entonces, a quien quiera imparciali­dad, mejor que la busque en Marte y si los sospechoso­s de siempre claman por justicia, es preferible que comiencen portándose bien. Caso cerrado.

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