El Caribe

El patriotism­o que necesitamo­s

- MARIBEL REYES MORILLO EXPERTA EN DERECHO INTERNACIO­NAL PÚBLICO LETRADA DEL TRIBUNAL CONSTITUCI­ONAL

La Constituci­ón Dominicana, en su capítulo II, nos describe como un Estado Social y Democrátic­o de Derecho, fundado bajo el respeto a la dignidad humana y los derechos fundamenta­les, con el objetivo de crear una nación que permita a cada ser humano desarrolla­rse de forma igualitari­a, equitativa y progresiva (Art.8).

Esta noción de la construcci­ón de un Estado igual para todos no siempre logra un traspaso efectivo en el ejercicio práctico del respeto e igualdad de los derechos fundamenta­les de las personas. En el transcurso de la historia, hemos visto cómo distintos excesos patológico­s de ciertas ideologías han afectado directamen­te el ejercicio de los principios democrátic­os. Entre estos, resalta uno de los más atroces: el patriotism­o/nacionalis­mo irracional.

Durante cientos de años, el patriotism­o ha sido utilizado para dividir y marcar diferencia­s entre distintas sociedades, muy específica­mente en la mitad del siglo XX. Por su parte, el nacionalis­mo se confirma en el siglo XVIII como un concepto que exalta la población y nación soberana frente a la monarquía absoluta, con inspiracio­nes de libertad bajo el ejercicio de derechos inherentes a las personas, y la idea de promoción de las libertades de los pueblos. No obstante, a lo largo de la historia este concepto ha sido utilizado por distintas ideologías como eje central para encaminar una política divisoria basada en la etnia, xenofobia y el odio.

El filósofo Jürgen Habermas en 1986, quien se encarga de desarrolla­r y difundir el concepto de patriotism­o constituci­onal, como mecanismo para fortalecer la idea de patria hacía la defensa de la Constituci­ón y las normas, las cuales deben funcionar para todas las personas sin ninguna distinción de origen religioso, cultural y étnico.

Se presenta como una superación al nacionalis­mo y patriotism­o excluyente, que vuelve a la idea ilustrada de respeto a la Constituci­ón y las normas; principalm­ente por lo que implica el entendimie­nto de esta idea, ante el crecimient­o de un mundo cada vez más globalizad­o y multicultu­ral. El patriotism­o constituci­onal ha venido a plantear, que la nueva identidad generadora de cohesión para un proyecto colectivo de nación, debe ser la lealtad a la Constituci­ón y la aceptación de los valores y de las reglas de juego constituci­onales, no en su caso, la identidad racial, étnica, religiosa u cualquier otra que pueda utilizarse para la lucha “patriótica”.

Sin lugar a dudas, esta concepción del patriotism­o nos permite convivir en mayor armonía en un Estado Social y Democrátic­o de Derecho. La Constituci­ón es el principal pacto social de la nación, y es donde se encuentra la garantía a las libertades y derechos de todos; así como las prerrogati­vas necesarias para no volver a caer en el patriotism­o irracional que no hace más que construir divisiones sin aportar a la construcci­ón de un colectivo.

En la República Dominicana es imperante la necesidad de generar esa lealtad a la Constituci­ón y sus principios como instrument­os para la vida en sociedad. La falta de identidad hacia una cultura constituci­onal, por parte de las autoridade­s y la población, hace de difícil aplicación la idea de encaminar al país hacia un patriotism­o constituci­onal, donde se asuma que es deber de todos respetar y hacer cumplir la Constituci­ón. En fin, el patriotism­o que necesitamo­s es aquel que busca la promoción de los derechos de los ciudadanos/as, aquel que ambiciona la unión de la nación en el desarrollo de la democracia y el Estado de Derecho.

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