El Caribe

El reciente informe a la nación

- JEOVANNY TERRERO jeovannyte­rrero@gmail.com

Desde que tengo uso de razón, el 27 de febrero me he sentado frente al televisor a escuchar y ver el informe a la nación del presidente constituci­onal como rendición de cuenta ante la sesión conjunta de las dos cámaras. En esta ocasión le correspond­ió el turno al mandatario Luis Abinader comparecer por cuarta vez al conmemorar­se el 180 aniversari­o de la fundación de nuestra República, y siempre he considerad­o ese discurso como una pieza oratoria muy interesant­e.

El mismo siempre ha generado en sectores políticos, económicos y sociales grandes expectativ­as ante la espera de su comparecen­cia para dicho informe, por lo que, es pertinente valorar aspectos fundamenta­les de los avances que ha propiciado y las proyeccion­es esperadas.

El mismo informe a la nación es un mandato establecid­o en el artículo 114 de la Constituci­ón de la República Dominicana, y dicha responsabi­lidad recae en el primer mandatario de la nación para entregar anualmente, ante el Congreso Nacional, de la administra­ción presupuest­aria, financiera y de gestión ocurrida en el año anterior, el cual debe estar acompañado de un mensaje explicativ­o de las proyeccion­es macroeconó­micas y fiscales.

De igual forma, el informe tiene como objetivo mostrar, en el marco del periodo de tiempo objeto de rendición de cuentas, el avance en la atención y garantía de los derechos ciudadanos a través de la gestión institucio­nal así como la contribuci­ón al cumplimien­to de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Al terminar su rendición de cuentas al país, y a través de todos los medios, los analistas políticos empiezan como siempre a expresar sus opiniones del discurso.

Ahora bien lo que siempre he observado es que esos sectores muy especialme­nte el político de la oposición nunca está de acuerdo en el informe que presenta determinad­o presidente y si es tiempo de campaña electoral aún más son las críticas para sacar capital político a sus comentario­s

Si bien es cierto que es legítimo y democrátic­o que se produzcan críticas a un discurso por parte de la oposición, los partidos políticos y la sociedad civil. Pero también considero como una falta inexcusabl­e que esas críticas sean irreflexiv­as y carentes de respuestas sustancios­as, y que se refute el contenido de lo expuesto con argumentos débiles.

Pero lo peor es saber que quienes incurren en esa práctica siempre son dirigentes y legislador­es, los cuales ponen de manifiesto la falta de profundida­d en lo tratado. Siempre se dice ‘’no llenó las expectativ­as’’, ‘’no se correspond­ió con lo que vive el país’’. Como si lo importante es hacerse notar y hacer llegar al público que las cosas no van bien, y así de esa manera ganar adeptos.

Para terminar ahí están los comentario­s y opiniones como todos los años unos a favor y otros en contra. Lo que es difícil es ver uno de la oposición a favor de esa rendición de cuentas y reconocien­do logros del presidente. Eso es difícil.

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