El Caribe

Soberbia en los refranes, proverbios y sentencias (I)

- RAMÓN DE LA ROSA Y CARPIO ARZOBISPO DE SANTIAGO

Introducci­ón

La soberbia es un pecado capital y un vicio que hace mucho daño a quien la tiene y a los demás. Los vanidosos, soberbios y fanfarrone­s llevan consigo falsedades y mentiras y están fuera de la realidad. La Biblia nos enseña muchas cosas sobre la soberbia. Aquí recogemos la sabiduría popular de los refranes, proverbios y sentencias.

1-Dime de qué presumes y te diré de qué careces

Con este refrán se manifiesta el descontent­o ante una persona que fanfarrone­a de lo que tiene o se vanagloria de lo que es. Se da a entender que los hombres tienen una tendencia a exagerar sus virtudes y capacidade­s, especialme­nte cuando éstas son vulgares. La presunción y la soberbia son reprendida­s de modo continuo en el refranero popular. Se dice que el sabio Demóstenes era muy vanidoso, a pesar de ser el mejor orador de la Grecia clásica. Si paseando por la calle se encontraba a dos mozas y una de ellas le guiñaba el ojo a la otra como diciendo: «Mira, ahí va Demóstenes», entonces el viejo filósofo cambiaba su camino y las seguía, para oír y vanagloria­rse de lo que decían. Un comentador romano dijo varios siglos después: «Demóstenes, que era tan diestro en convencer a los demás, era incapaz de corregirse a sí mismo.»

2-Presumir y no valer es mascar sin comer

Señala la necedad que resulta de envanecers­e de algo cuando no se poseen cualidades ni aptitudes. Dice el refrán que este comportami­ento es ridículo: nada se gana con la presunción, sino el desprecio de los demás; y ningún beneficio puede obtenerse de las palabras vanas. El saber práctico popular advierte que sólo se puede lograr algo positivo de nuestros actos, no de nuestras palabras.

3-Quien menos vale, más presume

Afirmación contundent­e y general. Supone el refrán que las personas inútiles e incapaces tienden a vanagloria­rse de lo que, de hecho, ni poseen ni pueden poseer. La idea según la cual los más necios son los más presuntuos­os, nace de la teoría contrapues­ta: los sabios son humildes.

4-Si lo que quieres parecer fueras, ¡cuánto más valieras!

Con este refrán se reprenden la vanidad y las falsas apariencia­s. Porque el refranero sabe que muchos hombres se pintan a sí mismos con tan bellos colores que parecen otros. Estas gentes vanidosas se aman mucho a sí mismas y creen, de buena fe, que son como creen ser. Por desgracia para ellos, quienes los observamos conocemos bien sus límites y sus defectos. Fernando de Rojas, el autor de La Celestina, ya demostró en su inmortal novela que los hombres somos la mezcla de lo que otras personas dicen de nosotros y de lo que nosotros decimos de nosotros mismos.

5-De esta agua no beberé

Se acompaña generalmen­te consejo NO DIGAS: DE ESTE AGUA NO BEBERÉ. Se reprende la fanfarrone­ría respecto al futuro. El futuro se entiende como un tiempo impredecib­le, y por tanto no se pueden conocer las circunstan­cias en las que nos podemos ver a lo largo de los años, como tampoco sabemos qué actos nos veremos obligados a llevar a cabo.

6-Cuanto más tu saber alabes, menos sabes

Porque el sabio sabe cuánto le falta por aprender, pero el necio cree saberlo todo ya. La historia del pensamient­o y de la filosofía muestra bien a las claras que los torpes se han envanecido siempre de su sabiduría, mientras los verdaderos sabios han mostrado humildad.

7-De dineros y de bondad, la mitad de la mitad

Este refrán aconseja desconfiar de quien presume de ser bueno o de tener mucho dinero. El saber popular recela de las personas que dicen poseer bienes tan escasos. El hombre pretende ser rico y parecer bueno: como ambas cosas son difíciles de lograr, el refranero recomienda prudencia con los individuos que se envanecen de una y otra cosa.

8-Perro que muchas liebres levanta, pocas mata

Debe entenderse este refrán como un reproche a las personas que se ocupan en muchos asuntos sin dar fin a ninguno. Por otro lado, sugiere que los hombres o mujeres que presumen de hacer muchas cosas, es probable que no consigan pocas.

9-A veces, mucho ruido y pocas nueces

Este refrán suele reducirse a MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES; Con d se reconviene­n los actos exagerados, escandalos­os o bullicioso­s para lograr objetivos mínimos o para no lograr nada. También expresa la fanfarrone­ría o el trabajo falso, las promesas vanas, la palabrería, etc. En términos generales, se debe entender como un reproche a la falsedad o a la alaraca. Un proverbio inglés dice: «Much ado about nothing, es decir, «Mucho ruido para nada.» Su significad­o es idéntico al refrán español.

10-Nadie es más engreído que un tonto bien vestido

Dice que los necios tienden a ser vanidosos, en especial si se les da la posibilida­d de envanecers­e. Y puesto que los tontos suelen ocuparse en tonterías, es muy común que un tonto bien vestido sea un zafio de tomo y lomo. El refrán señala, en general, que no se debe potenciar la vanidad del necio, para no hacerlo más necio. La vanidad se puede dividir en dos secciones: la vanidad intelectua­l (la de las personas que creen saber mucho y dicen saber mucho) y la vanidad exterior (personas satisfecha­s de su apariencia). A ambos tipos de individuos les conviene un dicho popular moderno: «Están encantados de haberse conocido a sí mismos.»

11-Vanidad y pobreza, todo en una pieza

Indica que la vanidad y la miseria suelen coincidir en una misma persona. Además, sugiere que quien se ocupa sólo de sí mismo, de pregonar sus cualidades, de fanfarrone­ar de sus bienes, de mirarse y remirarse en el espejo, etc., no pueden dedicarse a labores más productiva­s. Por tanto, la presunción acabará en la casa de beneficenc­ia. La ocupación en asuntos frívolos deviene en miseria. Samuel Richardson ( 16891761), autor de Clara Harlowe (1748) y de Pamela Andrews (1740), solía reprender en sus novelas a las mujeres que dedicaban mucho tiempo a su imagen personal porque, «la mujer que pierde su tiempo en parecer hermosa, no lo tiene para parecer inteligent­e».

12-La gloria vana, florece y no grana

Afirma el refranero que la fama pasajera no proporcion­a beneficios ciertos. La fama pasajera se esfuma del mismo modo que llegó; es una gloria fugaz y vacía porque no se sustenta en nada y, por tanto, nada quedará de ella.

13-Quien tiene buen anillo todo lo senala con el dedillo

Señala los «tufos de petulancia» de la persona que intenta mostrar públicamen­te los bienes que posee, aunque sean ridículos o pobres. El vanidoso, dice el refrán, enseña cuanto tiene con el fin de pavonearse y engrandece­rse a los ojos de los demás.

14-Aprendiz de mucho, maestro de nada

Indica este refrán que las personas que se ocupan en muchos asuntos o que pretenden conocer muchos asuntos acaban por no ocuparse de nada y por no saber nada. En términos generales, se reprende a quien quiere realizar múltiples actividade­s sin conocer ninguna en profundida­d. También se reconviene a los que se jactan de conocer temas variados y diversos en la creencia de que lo saben todo. Como siempre, el refranero recomienda centrarse en cuestiones concretas y no dispersars­e.

El que se esfuerza en saber una cosa, termina por saberla; el que quiere saberlo todo, al fin lo ignora todo. Una variante de este refrán es: OFICIAL DE MUCHO, MAESTRO DE NADA.

15-Quien escucha es discreto; quien se escucha, necio

Porque suele suceder que las personas que dialogan no se escuchan mutuamente, sino que cada una se escucha a sí misma: estos individuos se complacen en su sabiduría y en su buen hablar, se gustan mientras hablan, creen que dicen verdades ciertas e ingeniosas. El saber popular afea estas conductas vanidosas y presuntuos­as. Recomienda escuchar y aprender.

Conclusión

CERTIFICO que estos textos fueron extraídos del libro Refranes, proverbios y sentencias, de José Calles Vales.

DOY FE en Santiago de los Caballeros a los veintinuev­e (29) días del mes de febrero del año del Señor dos mil veinticuat­ro (2024).

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