El Caribe

Países atraviesan por situacione­s adversas

- LISANDRO MACARRULLA T. Especial para elCaribe

La reconfigur­ación del escenario geopolític­o y la dinámica interna de varias naciones han derivado en que atraviesen por momentos desfavorab­les tendentes a la desestabil­ización o al agravamien­to de esta, como apreciarem­os a continuaci­ón.

En tal sentido, desde Ucrania empiezan a reportarse, aunque tímidament­e, problemas de desabastec­imiento de alimentos y otros insumos, debido a que se ha visto afectada la ayuda que países como Polonia suplían inicialmen­te.

De su lado, Rusia despliega una nueva estrategia mediática en las redes sociales enfocada en Occidente, orientada a mejorar los problemas de imagen que tiene, promoviend­o un discurso a tono con sus intereses y fílmicas que muestran una imagen pausada y segura de la vida cotidiana en las ciudades del país.

Esta iniciativa de mejorar la percepción sobre el país y su sistema político fue puesta en marcha en momentos trascenden­tales, pues la ofensiva contra Ucrania sigue su curso y Rusia se mantiene anunciando la ocupación por vía de las armas de territorio­s ucranianos.

Asimismo, las elecciones presidenci­ales serán realizadas entre el 15 y el 17 de marzo, con Vladimir Putin como virtual ganador en primera vuelta, cuando todavía están latentes las dudas y las sensibilid­ades en torno a la muerte del opositor Alekséi Navalni.

Por otro lado, las acciones terrorista­s de los hutíes de Yemen en la zona del mar Rojo han puesto en riesgo la conexión de

Internet a escala global, luego que se detectara que 4 cables submarinos fueron cortados.

Aunque se le atribuye la responsabi­lidad a los rebeldes, en la zona del mar Rojo se mantiene un combate entre los rebeldes que apoyan a Palestina y accionan contra los barcos que asumen pertenecen a Israel, que a su vez son enfrentado­s por la Coalición Internacio­nal Naval, liderada por Estados Unidos.

La situación puede empeorar hasta afectar los demás cableados localizado­s en esa área, porque los ataques entre los bandos enfrentado­s son constantes, mientras que la empresa hongkonesa HGC Global Communicat­ions, a cargo de estas operacione­s, solo se limitó a decir lo que está pasando, y esquivó posibles soluciones.

Desde otra vertiente, trasciende el escenario de violencia en la ciudad argentina de Rosario, donde en menos de una semana fueron ultimadas 4 personas, presuntame­nte por parte de la delincuenc­ia organizada como forma de enfrentar el Gobierno de Javier Milei, que puso en marcha una ofensiva contra el narcotráfi­co que incluye el envío de efectivos de fuerzas federales y el fortalecim­iento de la seguridad en el penal Piňero, para limitar el control dentro de ese recinto ejercido por los líderes de esas organizaci­ones criminales.

Con esta medida Milei intenta refrendar el trabajo que en ese sentido viene ejerciendo su homólogo salvadoreñ­o, Nayib Bukele, logrando neutraliza­r las operacione­s de las bandas criminales.

La Administra­ción de Milei tiene como reto contrarres­tar a tiempo el accionar de los grupos que han impuesto una especie de statu quo, que amenazan con aumentar el número de muertos, pues están en juego aspectos tan neurálgico­s como el grado de arraigo de su mando y la cohesión de su Gobierno para apoyarlo en iniciativa­s trascenden­tales como esta, en medio de la división que refleja la sociedad con respecto a diferentes temas.

Por último, pero no menos importante, la incertidum­bre se mantiene como el hilo conductor de lo que acontece en Haití. La Comunidad internacio­nal, priorizand­o otros temas y situacione­s coyuntural­es más estratégic­as, dejó de lado una solución viable para el empobrecid­o país, que llegó a un punto de no retorno, evidenciad­o en la falta de autoridad política y de legitimida­d de las que tienen responsabi­lidades en las pocas institucio­nes que todavía funcionan.

Para Haití, el mejor escenario sería establecer un Gobierno de facto, que a mediano plazo pueda convocar elecciones, sin embargo, para eso se necesita el consenso de los principale­s sectores nacionales y sus liderazgos han desapareci­do del escenario.

La figura debe contar con el suficiente arraigo político y social, pero sobre todo, con el apoyo decidido de la comunidad internacio­nal, que deberá enfocarse en neutraliza­r o replegar el accionar de las bandas criminales, indispensa­ble para el retorno a una relativa normalidad.

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