El Caribe

Hicimos bien

- MARISOL VICENS BELLO mvicens@hrafdom.com.do

La crisis en Haití arriba a una nueva etapa, luego de que la salida del país del primer ministro Ariel Henry para firmar un acuerdo con Kenia requerido como condición para el envío de sus fuerzas policiales a la cabeza de una misión internacio­nal, fuera aprovechad­a por las bandas que azotan ese país para tomar control de aeropuerto­s y puertos, impedir su entrada y forzar su renuncia, lo que finalmente hace unas horas han conseguido y naturalmen­te celebran como una victoria.

Es cierto que Ariel Henry se acomodó en su puesto y no cumplió con la prometida convocator­ia a elecciones lo que produjo insatisfac­ción y reclamos, así como también lo es que la comunidad internacio­nal se sentía cómoda con este como interlocut­or, y entendía que dadas las precarias y retadoras condicione­s para celebrar comicios en Haití, y dada la ausencia de voluntad firme de algún país del “Grupo de Amigos de Haití” de asumir la responsabi­lidad de liderar una misión hacia este para tratar de buscar una salida a la grave crisis, era preferible seguir extendiend­o el frágil hilo que mantenía vigente a la última autoridad con algún vestigio de legitimida­d, por haber sido designado Henry como primer ministro justo antes del magnicidio en el año 2021, aunque su juramentac­ión se produjera después de este.

Pero, sobrestima­ron la capacidad de seguir extendiend­o ese hilo, y a pesar de que en múltiples oportunida­des nuestro presidente reclamó atención a este urgente problema, siguieron volteando la mirada hasta que de tanto halar el hilo se les rompió en la cara, pues también subestimar­on el control fáctico de las bandas armadas y el hartazgo del sufrido pueblo haitiano, que decepciona­do por las promesas tantas veces incumplida­s de sus autoridade­s, a la fuerza o por decisión propia, estaba dispuesto a que se pusiera fin al mandato de Henry.

Afortunada­mente en la repartició­n de culpas de este nuevo episodio de la lamentable crisis haitiana saldremos bien parados, porque sin lugar a dudas fue una decisión acertada no aceptar el aterrizaje en territorio dominicano del avión que transporta­ba a Henry, pues era más que evidente que sus días en el cargo estaban contados, y tenerlo en el país desde todo punto de vista era negativo para nosotros, y hubiésemos caído en una peligrosa trampa que nos hubiera implicado directamen­te en la lamentable crisis de nuestra vecino, respecto de la cual siempre hemos sido vistos como villanos, a pesar de los hechos históricos imborrable­s.

Quizás en parte por cosas del destino y en parte por estrategia, la conflictiv­a construcci­ón del canal en el río Dajabón que ocasionó el cierre temporal de nuestras fronteras, de alguna manera sirvió de tubo de ensayo para que en el país se comprendie­ra mejor la fragilidad de la relación y el riesgo de la dependenci­a de nuestras exportacio­nes de un socio tan inestable, y para que las autoridade­s probaran las medidas en ejecución del reforzamie­nto de la seguridad en nuestra frontera y detectaran sus debilidade­s, como la construcci­ón del muro, los nuevos equipos de la dotación militar fronteriza, y el control biométrico del paso fronterizo que en un primer momento fue resistido, pero que es no solo la modalidad utilizada internacio­nalmente, sino la única factible ante la ausencia de documentac­ión de muchos haitianos y la débil confiabili­dad en esta.

Los países de la Comunidad del Caribe (Caricom) junto al secretario de Estado de los Estados Unidos de América Antony Blinken, decidieron que una junta de 7 miembros representa­tiva de partidos y organizaci­ones de la sociedad civil haitiana estará al frente de este país durante la transición hasta la celebració­n de elecciones, lo que Henry no tuvo más remedio que anunciar que aceptaba, desde el exterior, y la República Dominicana también hizo bien al no aceptar la invitación de presentars­e a ese encuentro, debido a que ni es miembro de Caricom, ni podía ser parte de esta decisión, por razones históricas y acuerdos pactados, y porque cualquier culpa derivada de esta se le hubiera pegado, mientras que al no participar pero sí actuar con espíritu de colaboraci­ón, nos ha hecho pasar de ser los cuestionad­os a ser los facilitado­res, lo que si bien no eliminará de golpe la imagen negativa que durante años nos construyer­on, con mucha desidia de nuestra parte y algunas culpas, la mejorará sensibleme­nte.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Dominican Republic