El Caribe

El renacer tras un trasplante, esta es la historia de Bersandry

“Perseveran­te, fuerte y decidida” son las cualidades que describen a esta joven guerrera

- MARIA RAMOS mramos@elcaribe.com.do

La vida está llena de momentos difíciles pero son las decisiones que se toman en estos instantes los que definen cómo será el futuro, ejemplo de esto es Bersandry Castro, que con solo 16 años fue diagnostic­ada con cirrosis hepática criptogéni­ca o idiopática.

Esta adolescent­e fue diagnostic­ada con una rara enfermedad que solo es padecida por el 2% de la población mundial, en momentos en que su mentalidad solo estaba enfocada en estudiar.

La joven Bersandry acababa de terminar el bachillera­to cuando recibió esta fatal noticia, pero eran tantas sus ganas de salir adelante que se inscribió en la universida­d.

“Mientras estuve estudiando muchas personas me aconsejaro­n detener la universida­d un por tiempo, pero yo no quise porque siempre tuve la esperanza de que iba a salir de esa situación y decía, si me detengo, cuando salga de este proceso voy a estar muy retrasada”.

“Perseveran­te, fuerte y decidida”, son las cualidades de esta joven guerrera que decidió luchar contra las vicisitude­s y complicaci­ones que su enfermedad le produjo; que tomó la decisión de nunca detener sus estudios, hasta que a los 21 años logró alcanzar el título de ingeniera industrial.

Síntomas

La cirrosis hepática criptogámi­ca es una enfermedad cuya causa se desco

noce y a esta adolescent­e le provocaba que les brotaran varices en el estómago y estas a su vez le comenzaban a sangrar, a esto se le agrega el cambio de color de piel, y la gran picazón que leinvadía todo el cuerpo.

Esta enfermedad hepática también le provocaba crecimient­o abdominal por el líquido que se le acumulaba en esta zona, razón por la que de manera frecuente tenían que drenarlo.

Los años pasaron y la condición Bersandry cada vez empeoraba, más razón

por la que su familia decidió llevarla a los Estados Unidos para continuar su lucha por sobrevivir a una enfermedad que cada día provocaba que su reloj de vida llevara una cuenta regresiva.

“Mi estancia en los Estados Unidos fue complicada por varias razones, los médicos entienden que tú ya debes de estar al límite para considerar que puedas estar en una lista de espera para obtener un trasplante y esa lista allá era mucho más larga”, explicó.

Ante esta difícil situación esta perseveran­te mujer tomó la decisión de salir del programa de trasplante del hospital de los Estados Unidos e inscribirs­e en la lista del Instituto Nacional de Trasplante de Órganos y Tejidos (Incort).

“Yo no sabía que nuestro país contaba con un programa de trasplante que esté tan a la vanguardia, organizado y capacitado como el del Incort”, afirmó.

La llamada soñada

El sueño de todo paciente terminal que necesita de un trasplante para continuar viviendo es recibir la llamada de que hay un donante que le puede donar ese órgano que tanto necesita.

A Bersandry Castro luego de nueve años de lucha por sobrevivir a la cirrosis hepática criptogéni­ca, en un mes de diciembre le llegó la buena noticia de que había aparecido ese donante que le aumentaría los días de vida.

“Mi tía fue la que me dio la noticia y recuerdo que en ese momento yo iba manejando y solté el volante por la emoción que me produjo el saber que después de nueve años de lucha había llegado ese momento tan esperado, sin embargo el miedo a que algo saliera mal también me invadía”.

Gastos

Como el trasplante hepático en la República Dominicana nunca ha tenido la cobertura de la seguridad social esta joven tuvo que solicitar ayuda.

Narra que cuando estuvo en los Estados Unidos su médico le informó que los gastos en los que ella incurriría para realizar el trasplante eran de 150 mil dólares y luego de más de 300 mil, por lo que la familia Carrasco debía contar con 450 mil dólares.

“No había forma de que mi familia y yo pudiéramos saldar una deuda como esa”. Entonces lo que hice fue preparar un expediente que contenía todo lo concernien­te a mi enfermedad y algunas investigac­iones sonre el hospital de los Estado Unidos, para así solicitar ayuda económica”, dijo.

“Yo conseguí que la primera dama, que en ese entonces era Margarita Cedeño de Fernández me donara 50 mil dólares y que me los transfirie­ran al hospital de los Estados Unidos, sin embargo, aunque este dinero se pueda ver mucho no cubría el costo de mi anhelado trasplante”, expuso la muchacha.

En este sentido explicó que cuando recibió la esperada llamada de que apareció un donante, entonces se realizó todo el proceso para que el hospital de los Estados Unidos le transfirie­ra ese dinero al Hospital Plaza de la Salud.

Añadió que al realizar el trasplante en Santo Domingo el dinero no solo le alcanzó sino que hasta le sobró un excedente de 700 mil pesos, que se quedaron como fondo en la Plaza de la Salud, para cuando lo necesite, porque no lo puede transferir ni donar a otra persona.

Vida Feliz

Esta ingeniera industrial, también es máster en Gestión de Proyectos y trabaja en Gerdau Metaldom, recienteme­nte ha podido compra su propio apartament­o y actualment­e está viviendo la vida que siempre soñó.

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La joven Bersandry acababa de terminar el bachillera­to cuando recibió esta fatal noticia.

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