El árbol que no daba frutos
Caripelá (1)
Apropósito del libro de cuentos que hace muy poco puso en circulación y que lo trabajaba con singular maestría nuestro amigo y compañero escritor, doctor Víctor Pepén, me llamó la atención porque muy pocos en Higüey se han ocupado de este género, entre otros muy buenos: El hombre que se volvía tocón.
Y precisamente allí se hace mención de este personaje. Y aquí tuvimos también un Caripelá con características similares y las mismas malas costumbres, nomás que éste no se volvía tocón, pero sí sabía esconderse de las autoridades cuando hacía sus fechorías. A este lo conocimos muy bien, lo mismo que a sus familiares que creo ya todos han desaparecido.
Y, es que la gente siempre ha pensado cuando oye hablar de esos tópicos que trabaja muy bien el doctor Pepén, que son relatos que tienen su origen en el Sur o en la frontera con Haití, y piensan en los seguidores del Santo Liborio y otros movimientos del mismo tipo. Y me viene a la memoria algo que antes había escrito a propósito de esos temas.
Primero, hay que recordar que desaparecida la cultura indígena, mediante la cesión de la parte Oriental de la isla a Francia por el Tratado de Basilea en 1795, nos viene de la parte Occidental el vudú que arraigó hasta el día de hoy, y aún no se ha podido extirpar y mucho menos ahora con esta invasión pacífica de nuestros vecinos.
Hoy tienen seguidores en suelo dominicano, no solo en el Sur o la frontera, Dioses del Panteón africano y mucha gente puede definir lo que son: seres, caballo, médium, metresa, bruja que vuela y chupa la sangre de recién nacidos, Luá.