El Tiempo

Israel y Palestina, el conflicto

- Oscar Quezada

Para entender el conflicto entre Israel y Palestina, si bien es cierto que no es tan complejo como para no abordarlo con cierto nivel de exactitud, es preciso conocer sus antecedent­es, causas fundamenta­les y el impacto que ha tenido en la comunidad internacio­nal.

Vale resaltar que el contexto geopolític­o dificulta el entendimie­nto de estas controvers­ias. Sin embargo, es menester iniciar por el principio, dejando claro que el origen de este conflicto no ha sido el aspecto religioso, porque los dos países conviven con una amalgama de denominaci­ones, que van desde el cristianis­mo hasta el judaísmo, islamismo, protestant­es e iglesias ortodoxas.

Tanto judíos como árabes no tienen diferencia­s religiosas tan chocadas como para matarse entre sí. La razón básica de este conflicto es, pues, el control por territorio­s claves para los dos estados, que sí tienen una importanci­a simbólica desde el punto de vista histórico-religioso, que es algo distinto.

La manzana de esta discordia tiene un nombre y se llama Jerusalén, considerad­a una ciudad santa para judíos, musulmanes y cristianos. Palestina e Israel reclaman que Jerusalén les pertenece, desde los tiempos en que ambos eran uno solo agrupados en la región Palestina.

La ONU quiso ponerle fin a esta situación y declaró a Jerusalén bajo control internacio­nal, como parte de un acuerdo que propuso una definición territoria­l de Israel y Palestina.

Este pacto quedó sellado en la famosa Resolución 181 de la ONU, votada el 29 de noviembre de 1947. La ONU planteó una repartició­n de tierras que compensara los reclamos de ambos pueblos. Pero como dejaba fuera a Jerusalén, en el 1948 fue inevitable una cruenta guerra tras la cual Israel proclamó su propio Estado independie­nte.

Israel se olvidó de lo pactado y estableció su capital en la parte oeste de Jerusalén, y en 1967, durante la Guerra de los Seis Días, también se apoderó de la parte este de esa ciudad.

A partir de ese año, la ONU ha aprobado varias resolucion­es de rechazo a las reiteradas violacione­s por parte de Israel de lo pactado en el 1947. Palestina reclama a Jerusalén, porque también quiere instaurarl­a como su capital.

La inmensa mayoría de los 193 países de la ONU no reconocen a Jerusalen como la capital de Israel, por respeto a las resolucion­es emanadas de ese organismo. Por eso asumen a Tel Aviv como capital del pueblo judío, que es donde están casi todas las misiones diplomátic­as en Israel.

El traslado de la embajada estadounid­ense al este de Jerusalén es lo que explica la reacción de los palestinos, que según cifras oficiales tuvieron una baja de 60 muertes. Estado Unidos siempre votó contrario a cada una de esas resolucion­es adoptadas conforme la Carta de las Naciones Unidas.

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