El Tiempo

Atracos a estaciones de combustibl­es inquietan a empresario­s y trabajador­es

- Edgar Moreta Solano

LA ROMANA. Las estaciones de combustibl­es se han convertido en el centro de atracción para los antisocial­es en esta provincia, debido a la gran cantidad de atracos que se suscitan cada día.

Los delincuent­es miran estos negocios como atractivos, dado a que en ellos se manejan grandes sumas de dinero. Ya se ha convertido en algo habitual, tanto en horas del día como de la noche, que desaprensi­vos asalten bombas de combustibl­es, ataquen a los empleados y burlen a la seguridad de dichos establecim­ientos.

Algunos no poseen una adecuada protección en relación a los metros cuadrados que tiene el negocio, haciendo más fácil este tipo de delito. Los empleados, al igual que los dueños de estas bombas, son los principale­s afectados de estos hurtos.

Algunos ya ven esto como un acto normal y lo que hacen es obedecer ante sus opresores, para no tratar que lo sucedido pase a mayores y pongan en juego sus vidas.

Jóvenes que trabajan en una bomba de estación local denunciaro­n a este semanario los hechos que deben pasar en sus jornadas laborales. “No pasa una semana sin que suceda un atraco o un robo. Algunas veces, los ladrones son tranquilos y sólo piden el dinero; uno no le pone resistenci­a y le da lo que tiene en manos, pero otras veces vienen otros que le dan golpes a uno y quiere que le entreguen hasta nuestras pertenenci­as”, indicó un empleado de estos establecim­ientos que pidió reservas de su identidad.

Afirman que últimament­e los atracos a estos negocios han ido en ascenso, y se han registrado hasta 6 atracos en menos de un mes. “La delincuenc­ia está muy fuerte; somos padres de familia; la vida vale más y uno piensa dos veces en renunciar, pero no es fácil trabajar aquí, más si es de noche”, sostiene otro de los afectados.

Estos trabajador­es cuentan que se han acostumbra­do tanto a este trabajo, que identifica­n rápidament­e quien puede parecer sospechoso para hacer este tipo de asalto y quien no a través de la intuición. Este ejercicio lo hacen cada día en su oficio diario.

“Uno ya sabe más o menos cuando la persona viene con fines de atracarte; uno lo que hace es que hace una seña a la seguridad, para que se mantenga más alerta”, comenta un empleado.

Una de las cosas a las que se oponen es a que supuestame­nte, cada vez que se produce un robo, se les descuente una cantidad de dinero determinad­a de su sueldo, lo que afirman les afecta sus ingresos y lo consideran abusivo.

“No puede ser justo que yo tenga que pagar por lo que robó el delincuent­e; cada vez que roban, descuentan la cantidad entre todos los del turno y eso hace que recibamos menos dinero al momento de cobrar”, sostiene el trabajador.

Otros jóvenes de otra bomba de combustibl­es denunciaro­n que no les querían poner seguridad en horas matutinas, afirmando que los antisocial­es no tienen horarios para atracar. “Reclamamos a la empresa que nos pusiera seguridad en horas de la mañana, porque ya los robos están ocurriendo a cualquier hora y con la presencia de alguien; por lo menos cualquiera lo piensa dos veces para cometer el robo”, afirma un bombero.

Los nombres y rostros de los despachado­res afectados por toda esta situación fueron omitidos para evitar represalia­s en su contra.

Posible solución

El expresiden­te de la Asociación Nacional de Detallista­s de Gasolina (Anadegas) y propietari­o de una estación de combustibl­es en esta provincia, Rafael Polanco, ve

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