Hay palabras que hieren
Hay quienes hieren con sus palabras, pero las palabras del sabio traen alivio. Muchos llevan en su alma y corazón heridas profundas que, aunque pasen días, meses y hasta años no logran sanarse y siguen doliendo. Heridas que fueron causadas por palabras que salieron de la boca de aquellos que amamos tanto, pero que sin saberlo y sin proponérselo sus palabras fueron como golpes de espadas o flechas que traspasaron el alma y el corazón y produjeron heridas profundas de las cuales muchos no se han podido recuperar.
Son muchas las relaciones, matrimonios, amistades, ministerios, negocios, familias entre otros que por causa de palabras que se han dicho de manera incorrecta e inoportuna se han roto, dividido, separado de manera tan dolorosa que muchas ni se han podido volver a recuperar.
¡Wao!, debemos ser tan cuidadosos con nuestras palabras especialmente en los momentos que estamos enojados o airados, que es cuando somos impulsados que es por la desconfianza, impotencia o frustración a proferir palabras ofensivas e hirientes que penetran tan profundo.
Traspasan el autoestima, la seguridad, voluntad, sentimientos, deseos e intención del corazón de aquellos que tanto nos aman y aprecian produciendo heridas tan profundas y dolorosas que muchas de ellas solo el amor y el bálsamo de nuestro Señor Jesús la pueden sanar por completo.
La palabra de Dios nos enseña que en nuestra boca está el poder de la vida y de la muerte, que nuestras palabras pueden ser para bendecir o para maldecir, pero somos nosotros los que deci- dimos como usamos nuestras palabras. Personas que usaron sus palabras para maldecir, mentir, engañar, destruir, hoy pueden arrepentirse y pedir perdón, y usar sus palabras para sanar y restaurar, porque las palabras sabias traen alivio al corazón.
Procuremos hablar palabras que edifiquen, motiven y afirmen el alma, las emociones, sentimientos, estima, el espíritu y el corazón de los demás y veremos más corazones sanos y felices ya que muchas veces cuando el corazón ha sido herido por una palabra se entristece por el dolor que esta le causa y puede pasar días, meses y años sin experimentar alegría.
Si has sido herido por una palabra recibe aliento de vida por su Palabra que es como medicina a los huesos y esta sanará las heridas del alma y del corazón, Aférrate a Dios y él hará en tu vida lo mejor.