Poemas y Narraciones
Un poema para ti
Duyey, mayo 1956
Es de noche y estoy triste, porque me encuentro lejos de ti.
Solo, y con el recuerdo de tus ojos, cuya mirada llevo impresa aquí en el alma.
Es, mi vida, que estamos tan lejos.
Te busco y no te hallo. Te llamo, y sólo el concierto hiriente de los grillos, rasga el silencio de la noche clara.
No respondes, mi amor, dónde te hayas.
No me escuchas. Nos separa la distancia, y la brisa no te lleva el eco de mi voz.
Yo, en esta soledad que me rodea me pregunto: ¿A caso no me quiere? ¿O será que mi amor no le hace falta?
Y a mí mismo respondo: Si siento que perfuman las gardenias el aire de la noche, su perfume eres tú. Y el murmullo del viento, si lo siento cantar en la arboleda, es tu voz.
Entonces no estoy solo, amada mía. Esta noche, más que nunca, estás conmigo.
Ansias
Higüey, marzo de 1956
Siento ansias de bañarme en los fulgores de un sol radiante que calcine entrañas.
Quisiera con el fuego de mis beses, hacer cenizas tu alma.
Poder cual cóndor levantar el vuelo a las cumbres nevadas, y hacer arder la nieve de sus cretas con el fuego que arde en mis entrañas.
Convertirme en el rayo que fulmina en volcán que deshace las montañas, y en un beso rabioso, amada mía, ensangrentar tus labios y tu alma.