La seguridad es un bien público (3 de 3)
Generalmente, cuando en algún ámbito de la seguridad ocurre un episodio que de alguna forma pone en peligro el bienestar común, la gente suele culpar a las autoridades responsables de garantizarla, y exige que el Estado asuma correctivos o acciones que sirvan para evitar que se repita esa experiencia.
En este contexto, los ciudadanos actúan conforme al instinto de preservación que caracteriza a los seres humanos, siempre que ven comprometida su seguridad, no importa el escenario en que esto suceda. Sin embargo, quizás pocas personas saben que la seguridad es un bien público, y que ciertamente el Estado está obligado a garantizarla.
Así, cuando la seguridad ciudadana, para citar un ámbito de este concepto multidimensional, corre el riesgo de ser socavada, el Gobierno como representante del Estado debe responder sin demora, disponiendo de los recursos disponibles para esos fines.
Los ciudadanos que renuncian a caminar por las calles por miedo a ser agredidos por un algún delincuente, o aquellos que por esa misma sensación simplemente abandonaron la costumbre de sentarse enfrente de sus casas, asumen el derecho de exigir protección y garantías plenas de seguridad, tanto a su integridad física como de sus bienes.
En el caso específico de República Dominicana, obligada por la realidad que la circunda, donde la violencia callejera parece ganar la batalla, la gente aprendió a empoderarse de ese derecho, y cada vez son más los que apuestan por vivir en una sociedad libre de criminales y delincuentes.
Pero igual puede hacerlo (y con la misma intensidad), cuando entienda que está amenazada su seguridad alimentaria, jurídica o sanitaria. Por eso es importante conocer que el concepto seguridad no sólo alude a la seguridad pública o ciudadana, que es cuando los ciudadanos más demandan a sus autoridades respuestas prácticas y contundentes.
Saber que la seguridad es un bien público, y que por tanto no se pide ni se mendiga sino que se exige, sirve para concientizar a la ciudadanía sobre cómo hacer uso de este derecho de reclamar lo que le pertenece.
La seguridad, definida en su forma más simple, es la ausencia de todo tipo de amenazas o riesgos. Entonces, por esa razón, el Estado está innegociablemente comprometido a salvaguardar el bienestar de sus gobernados, no importa el ámbito de que se trate.
Conocer los derechos que el propio Estado otorga a sus ciudadanos ayuda también a que el resultado de las exigencias sea mucho más satisfactorio. Por todo esto, es importante tener claramente establecido que la seguridad es un bien que ha de exigirse con fuerza de ley.
Y cuando el Estado pierda la potestad de avalar ese bien, es tiempo de revisar si fallaron las políticas y estrategias diseñadas por sus autoridades para tan ingente tarea.