Punta Cana UN PARAÍSO NATURAL
PUNTA CANA. El objetivo de todo turista que desea visitar a Punta Cana es disfrutar del “Todo Incluido” de los hoteles, y tomarse fotos en las blancas playas que lo motivaron a venir al país, que son la carta de presentación de la República Dominicana ante el mundo.
De los 3 millones 440 mil 805 personas que llegaron al país por vía área en el primer semestre del 2018, lo que representó un crecimiento de 6.1% con respecto a igual período del 2017, los hoteles de Bávaro y Punta Cana alojaron a 2 millones 93 mil 527 (69.4%), según el Banco Central.
No hay que ir a ecuaciones más complicadas para determinar que este destino turístico se ha convertido en una marca país. Otras estadísticas indican que en el lapso enero-junio del año en curso los extranjeros promediaron 8.35 noches en los hoteles.
Sin embargo, al tercer o cuarto día de estar hospedados, pese a tener todas las comunidades de un rey, las vacaciones tienden a volverse rutinarias. Y es ahí cuando entra el trabajo de los representantes, agentes de touroperadores encargados de ofrecer paquetes adicionales a los turistas, con el objetivo de que estos no se sientan aburridos.
La idea es que también el extranjero pueda socializar y conocer el ambiente fuera de los hoteles y la idiosincrasia de los dominicanos. Este es el llamado turismo complementario, que desde el punto de vista económico es un negocio que le aporta a la economía de la zona turística de Punta Cana más de 2 mil 382 millones de dólares en primer semestre de 2018.
En total, los ingresos por turismo sumaron 7,177.5 millones de dólares durante el 2017.
Más allá de los 50 kilómetros de playas que abarca la zona de Punta Cana, Bávaro, Macao y Uvero Alto, existe todo un mundo de excursiones turísticas por ofrecer, y es un segmento que aporta miles de empleos contribuye al desarrollo de las pequeñas y medianas y empresas (Pymes).
Los números del Banco Central indican que durante los primeros seis meses de este año, cada turista promedió un gasto diario de US$136.3. Ese dinero se gasta en compra de artesanía, ropa y excursiones, que a la vez generan empleos y dan a conocer al turista la naturaleza del dominicano.
Y es que a diferencia de los países con inviernos intensos, en todos los puntos turísticos de la República Dominicana hay disposición los 365 días del año para practicar senderismo y excursiones al aire libre.
Parques naturales
Algunos de estos atractivos son bendiciones divinas y acondicionadas por el hombre, como Hoyo Azul, en Cap Cana; Ojos Indígenas, en Punta Cana, y Hoyo Claro, en la Autovía del Coral. Estos atractivos naturales, ubicados en la llanura costera de la región Este, están formados por fuentes de aguas subterráneas y rodeadas de una verdosa vegetación.
Por presentar un ambiente diferente a las playas, estos espacios se han convertido en ideales para practicar senderismo.
Ojos Indígenas es una reserva natural de 1,500 acres de tierra, que es administrada por la Fundación Grupo Puntacana, entidad que impulsa el turismo sostenible.
Hoyo Azul, nombre dado por el color del agua, es otra piscina natural administrada por Scape Park, un parque temático que comprende varias excursiones dentro del recinto de Cap Cana.
Los visitantes realizan un recorrido hacia las Cuevas Taínas, donde un guía conduce a los turistas por una red de cámaras subterráneas y farallones en zipline, con vista al mar Caribe.
En esta excursión, los visitantes aprenden sobre medicinas naturales y plantas usadas en la medicina natural en el país. Mientras que el Monumento Nacional Hoyo Claro, un ecosistema de humedales, contiene bosque tropical semi-húmedo, pero que a diferencia de los dos anteriores es libre de entrada.
La entrada a este monumento de la naturaleza es difícil de identificar: una caseta verde del Ministerio de Medio Ambiente es la única señalización, ubicada en la Autovía del Coral, a menos de 5 kilómetros de llegar a la rotonda de Punta Cana, en dirección oeste-este.
Quien decide visitar este lugar debe dirigirse unos 1,500 metros hacia al sur, y lo debe hacer a pie o en vehículos de doble tracción. Más del 80% de sus habitantes son residentes locales de Verón, aunque a veces van turistas internacionales. Una vez en el lugar, un rico baño de agua salobre permite rehidratar a quien se anime disfrutar de este atractivo.
Maravillas inventadas
En su afán de que el turista que llega a la zona se divierta y conozca, y a la vez aporte a la economía, en Bávaro y Punta Cana se han construidos otros parques: Bávaro Adventure Park, un complejo fundado en 2011 y que cuenta con más de 10 excursiones, entre zipline y caminatas en caballos y montar bicicletas. Se ofrecen al turista en combos y por separados.
En Downtown Mall Punta Cana, un centro compuesto por plazas comerciales y de entretenimiento, hay un parque acuático. También está Manati Park, que alberga un pequeño zoológico.
En Macao, una de las playas más hermosas del país, única de libre acceso en La Altagracia e inmune al sargazo, hay varias excursiones que llegan hasta allí en boogies. Previamente, pasan por fangos, caminos empinados y pequeños ranchos que muestran la artesanía criolla.
Alrededor de cinco empresas realizan excursiones hasta esta playa, ubicada a 35.6 kilómetros de Punta Cana y a 28 kilómetros de Higüey. También, es la preferida para practicar surfing, por sus altos oleajes. Todos esos componentes ayudan al impulso de la economía de esa pequeña comunidad.
Saliendo del confort de Punta Cana, al nordeste de esta zona turística, están las verdosas montañas de Anamuya, donde se ubican los verdaderos atractivos del turismo de aventura: ziplines, tirolinas, ranchos que exhiben la cultura dominicana. Estos atributos son parte de los centros donde los turistas reciben un baño de pueblo.
En el trayecto hacia esta comunidad, ubicada a unos 40 minutos de Bávaro, los turistas aprecian las pintorescas casas victorianas enclavadas en las verdosas montañas de las zonas.