Entusiasmo compartido del regreso a clases
HIGÜEY. Estamos en la espera del inicio del año escolar, estamos en la puerta, listos para abrirlas y permitir la entrada de los niños, niñas y adolescentes hacía una nueva etapa que se inicia en sus vidas.
El inicio del año escolar debe ser una experiencia motivadora, llena de alegría y entusiasmo para que los niños, niñas y adolescentes asistan con mucho interés a desarrollar su objetivo fundamental que es aprender.
Para que esto sea un éxito, y se logre motivar a los educandos, toda la comunidad educativa debe involucrarse y participar para hacer de la apertura de las clases una celebración única, valiosa y significativa, para que los niños, niñas y adolescentes asistan a los distintos centros educativos con amor.
El centro educativo después del hogar es el espacio más seguro que existe para el estudiantado, por lo que toda la comunidad educativa está llamada a garantizar, desde el primer día de clases, un clima escolar respetuoso de los derechos de cada persona y de sus diferencias individuales.
En ese ambiente debe prevalecer la convivencia armoniosa para que se fortalezcan los lazos de amistad y el buen trato entre sus integrantes. Es el escenario ideal para el desarrollo de las competencias y valores que forjará en cada estudiante su proyecto de vida.
La semana de ambientación es una de las actividades más relevantes que se desarrolla en los centros educativos al inicio del año escolar. Y es aquí donde todos y todas tienen que sentirse acogidos, y dispuestos a dar lo mejor de sí mismos para lograr un año escolar exitoso y lleno de nuevos y mejores aprendizajes.
Es por ello que esta semana es una invitación a fortalecer la integración que propicie la oportunidad de participación de los diferentes actores en el marco de su roles y funciones. También para compartir experiencias y tareas entre los diferentes actores y tener la convivencia escolar como pilar para crear un clima favorable, donde se propicie una cultura de paz y se reduzcan los factores de riesgo que fomentan la violencia.
Para el maestro, cada inicio de año se convierte en una esperanza, al sentirse convocados al compromiso e interpelados por la motivación de transformar y fortalecer día a día las prácticas educativas. Es por ello que el inicio de este año escolar surge como un escenario de oportunidad para sentar las bases que permitan que cada estudiante del país logre aprender, pero no de cualquier forma ni a cualquier costo, sino en una comunidad educativa que lo acoge, respeta y estimula.