Ex superintendente de Salud: “El Estado se ha asociado a los peores intereses de ARS”
PUNTA CANA. El conflicto que desde hace meses mantiene enfrentados a los principales actores del Sistema Nacional de Salud, fundamentalmente por la cobertura de servicios médicos de los afiliados a la Seguridad Social, es para muchos un verdadero enredo difícil de comprender.
¿De qué se trata, pues? El conflicto involucra a varias partes. Por un lado, están las contradicciones entre las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) y el Colegio Médico Dominicano (CMD), y en el otro extremo, la Asociación de Clínicas Privadas (Andeclip).
Y justo en el medio están y el Ministerio de Salud Pública y la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (Sisalril), intentando mediar con propuestas de diálogo que en la práctica no arrojan resultados conforme a las expectativas que generan esos encuentros con cada uno de esos sectores.
El meollo del asunto implica un largo rosario de reclamos que hacen los médicos a las ARS, entre los que figuran la aprobación de nuevas tarifas y honorarios por servicios prestados a afiliados; aplicación y actualización del Plan Básico de Salud (PBS), y que esas entidades reconozcan la prescripción de medicamentos y analítica de los médicos, aunque los usuarios no pertenezcan a su red de afiliados.
También, el CMD pide que se respete la libre elección del paciente, que el Código Único para el ejercicio de la medicina sea entregado a todos los médicos habilitados; que la auditoria médica no sea una decisión exclusiva de las ARS, que se modifique la Ley 87-01 de Seguridad Social y que en esos cambios se incluya que el poder de veto pase solamente al Estado.
Para saber algo más del tema y sus implicaciones, de sumo interés, por tratarse de un bien indispensable llamado salud, este medio aprovechó una visita de cortesía que le hizo uno de los profesionales con mayor conocimiento dentro de ese ámbito, el doctor Bernardo Defilló.
Y con razón saber mucho al respecto, porque este hombre fue pieza clave en la formación de instituciones y normativas que dieron origen a toda esta revolución que experimenta el sistema sanitario, aun con sus altas y bajas.
¿Cuál es su valoración de este conflicto que tiene tantas aristas?
Muchas de las ARS, no todas, han usado la ley para su propio beneficio económico. Esto ha pasado entonces a que sea un gasto, no una inversión en salud, de los grupos familiares y de beneficio lucrativo para la mayoría de las ARS.
Y en medio de este fuego cruzado, ¿cómo quedan los usuarios de los servicios médicos?
A la buena de Dios. A lo que haga un grupo, una empresa, que costea y cubra gran parte de sus servicios de salud. Por esa razón, el servicio de salud seguirá siendo cada vez más caro y menos de calidad. Ese es el resultado al día de hoy. En ese sentido, es un gran problema y un gran aumento de la deuda social del Estado, con los pacientes y los grupos familiares. Antes, uno tenía la necesidad de costear todos sus servicios de salud. En la actualidad, ya no es así. Ahora te señalan un costo y te lo aplican, quieras o no quieras pagarlo. Y entonces esto se va convirtiendo, lo que es un derecho, en un pasivo social y económico.
Y el Estado, como ente regulador, ¿qué papel juega?
No ha cumplido su función de ente regulador. Se ha hecho de la vista gorda. Se ha asociado en muchas ocasiones a los peores intereses de las Administradoras de Riesgos de Salud; ha convertido el sistema en una guía productiva para el sector o un sub sector privado. No todos, hay gente buena y gente mala. Pero como sistema ha fracasado en las cosas esenciales.
Y lo que podría ser una inversión de un 30 por ciento, digamos, de los recursos en salud, se ha convertido en un 70 por ciento de lucro para las Administradoras de Riesgo de Salud.
Ante este desolado panorama que describe, ¿qué se puede hacer?
Hay que hacer un cambio sustancial, donde retornemos a los objetivos y a los métodos iniciales, y donde
el funcionario se convierta en una persona realmente administradora de los bienes del Estado. Y nosotros somos parte del Estado, como ciudadanos. Ahora mismo, cualquier persona que tenga un percance de salud está a la buena de Dios.
Yo tuve un percance grave de salud, y me costaba el tratamiento un millón de pesos, con mi seguro. Pero el seguro no me cubría un millón de pesos. Entonces, haciendo acopio de leyes y reglamentos, de prestigio de mi familia, ese gasto me salió en 190 pesos, cubierto por ley, que no es que me hicieron un favor. Me hicieron un favor reconociéndolo (sus derechos de afiliado), pero yo no tuve que pagar un millón de pesos.
¿Qué piensa usted del seguro estatal, del Senasa?
Que ha sido sobrecargado económicamente. Una institución del Estado, para los trabajadores del Estado, ha sido convertida en un almacén de la seguridad de muchos organismos del Estado que tienen sus propias áreas específicas, como Fuerzas Armadas, Policía Nacional, etcétera.
Cuando yo fui superintendente de salud segregué y le di a cada una su propia institución (ARS), como Isspol (Instituto de Seguridad Social de la Policía Nacional), Issffaa (Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas), etcétera, y se pudieron manejar. Pero ahora es un arroz con mango que nadie sabe a qué sabe. Usted fue el primer titular de la Silsaril en períodos gubernamentales distintos y de partidos políticos diferentes también. Y después de eso (de su salida) tuve que ser reclutado para reformar lo que se había hecho mal cuando yo salí, como desajustes del sistema, prioridades que no son, privilegios irritativos del sistema, gastos económicos innecesarios…Y tuve trabajando casi dos años con la reforma, como asesor, proponiendo cosas que nadie podía cuestionarlas, y bajo criterio de confidencialidad para mí y para el que lo recibía.
¿Quién es?
Como indiscutible conocedor del sistema de salud, Defilló llegó a ocupar el cargo de superintendente de salud y riesgos laborales, y además fue asesor de la Comisión de Reforma del Sector Salud, miembro del Consejo Nacional de Salud y presidente del Consejo Nacional de Control del Cólera.
En el campo de la Seguridad Social sus aportes son más que significativos. Ha sido parte del diseño de los sistemas de estructura operativa de la Sisalril y de los análisis de costos del Plan Básico de Salud (PBS). Defilló contribuyó igualmente a desarrollar los reglamentos de la afiliación al Sistema Nacional de Salud, de regulación de las ARS, del reglamento de habilitaciones y de control de las cuotas moderadoras.
Todo esto entre otros documentos que fueron claves en el diseño del actual Sistema de Seguridad Social. Es miembro del Colegio Médico Dominicano, de la Sociedad Dominicana de Cardiología, de la Sociedad Latinamericana de Fisiología, de la Academia Dominicana de Medicina y la Academia de Ciencias de la República Dominicana.