Desalojan unas 30 familias residentes en el barrio Haití Chiquito ubicado en Bávaro
BÁVARO. El pasado viernes, desde las 6:00 de la mañana, se procedió al desalojo de unas 30 familias de la comunidad Haití Chiquito, en Bávaro, el cual fue ordenado por el Departamento Este del Abogado del Estado, luego de que una empresa de inversionistas extranjeros solicitara el otorgamiento de la fuerza pública, a los fines de recuperar estos terrenos.
Los residentes dicen que esta empresa que ordenó el desalojo es el hotel Gran Palladium, situado en los alrededores de la comunidad. Aun en el lugar, desesperados por tratar de recuperar sus pertenencias, expresaron que no recibieron notificación alguna por parte de las instituciones que procedieron al desalojo y que además sienten que sus derechos fueron vulnerados.
La comunidad, una vez que fueron sorprendidos por los cuerpos de seguridad del Estado, inmediatamente iniciaron acciones de protestas en la avenida Alemania con quemas de gomas. Los habitantes de Haití Chiquito dijeron que la manifestación fue dispersada con bombas lacrimógenas.
Haide Martínez Castillo, una de las residentes afectadas, indicó que sus padres tienen más de 30 años viviendo en lugar y poseen documentos para demostrar que los terrenos donde estaba su vivienda le pertenecen a su familia.
“Supuestamente salió una notificación tres días antes del desalojo, pero eso nunca llegó a nuestras manos. Ellos vinieron con pala y todo y el pueblo salió a protestar porque nos sacaron, más no nos han dicho para donde nos van a llevar”, expresó Martínez Castillo.
Los habitantes de esta comunidad quedaron con todas su pertenencias afuera y solo les quedó ver como las maquinarias pesadas destruían las viviendas que ocupaban. La mayor preocupación de ellos es que se les garantice un lugar que reúna las condiciones para vivir.
Un informe suministrado por el coronel Osvaldo Pérez Feliz, comandante del Cuerpo Especializado de Seguridad Turística (Cestur), dice que un 85% de los residentes de la comunidad son nacionales haitianos y que muchas de las 30 familias no tenían hijos o vivían solos.
También refleja una inspección del Ministerio de Salud Pública que establece que el lugar reunía las condiciones para la generación de focos de enfermedades como malaria, representando un riesgo para las comunidades adyacentes y turistas que visitan la zona.