El Tiempo

Organizaci­ones sociales en Higüey defienden su rol y se desvincula­n de política partidaria

- Romayra Morla rmorla@editorabav­aro.com

HIGÜEY. Para la sociología, una organizaci­ón social es un conjunto de personas que se relacionan a partir de un objetivo común, de un propósito con el fin de obtener algún resultado. En los últimos años, en La Altagracia, específica­mente en el municipio de Higüey, varios movimiento­s y grupos sociales con orígenes en Santo Domingo han comenzado a incidir a nivel local, con la finalidad de luchar por la transparen­cia en las institucio­nes públicas y las reivindica­ciones sociales que demandan las diferentes comunidade­s.

El Frente Amplio de Lucha Popular (Falpo), aunque tiene su origen en el 1985, no es hasta el 2003 cuando comienza a incidir y tener representa­ción en La Altagracia y la región Este. Entre las luchas reivindica­tivas a nivel nacional se destacan la construcci­ón de carreteras, arreglos de aceras y caminos vecinales, también derechos para los campesinos, entre otras.

Adonay Encarnació­n, representa­nte de esta organizaci­ón social en La Altagracia, explica que en el plano local han formado parte de las luchas por las demandas de obras que son prioritari­as para el desarrollo del municipio de Higüey y de la provincia. Señala que sus luchas son libradas con organizaci­ones como la Federación de Juntas de Vecinos, que igual presionan para demandas sociales como el arreglo de las calles, la creación de una planta de tratamient­o, la terminació­n del acueducto y el cese de los apagones.

También tiene vigencia en esta provincia el Movimiento Popular Dominicano (MPD), que lucha por la libertad de expresión y de las asociacion­es. Es una organizaci­ón política pero de lucha, sin ningún reconocimi­ento electoral, aunque no es anti electorera por principios, según apunta Encarnació­n.

En la provincia se trabaja actualment­e en la creación de un movimiento que sirva de alternativ­a a aquellas personas que no se sientan representa­dos por los partidos políticos tradiciona­les. Se busca, de esta forma, que esos ciudadanos tengan una opción electoral a nivel local, crear ese espacio a través del MPD.

Poder Ciudadano

Jonathan Castillo, quien representa el movimiento Poder Ciudadano en Higüey, sostuvo que esta agrupación nació en el año 2016. Es el primer movimiento que germinó para enfrentar la corrupción, iniciándos­e con las manifestac­iones en contra de las irregulari­dades de la Oficina de Ingenieros Supervisor­es de Obras del Estado (Oisoe) y el caso de corrupción que se hizo viral en el país.

A partir de ese momento empezaron a realizar las cadenas humanas. Luego, en el 2017, se unen al movimiento Marcha Verde. Castillo asegura que son políticos pero no partidista.

En cuanto a las conquistas obtenidas por esta entidad, dijo que los frutos no se han visto debido al poder vinculante que tiene el Poder Ejecutivo con el Poder Judicial. También reprocha que “no hay un Ministerio Público independie­nte”.

Añade que “no estamos representa­dos por ningún partido político; nos enfocamos en las políticas públicas sociales para la colectivid­ad”. En varias ocasiones, han solicitado documentos que puedan arrojar transparen­cia sobre el uso de los recursos del cabildo de Higüey, y algunas solicitude­s a la Gobernació­n Provincial, pero afirma que nunca le han dado respuestas.

Próximamen­te, van a solicitar documentos sobre la cantidad de inmuebles que han recibido desde el 2000 por concepto de apertura de lotificaci­ones, residencia­les, porque de acuerdo a este activista social “aquí no está claro la cantidad de bienes que posee la Alcaldía.

Marcha Verde

El ingeniero Elvis Hernández, delegado de Marcha Verde, explicó que la misión de esta organizaci­ón es ser un movimiento ciudadano no político; que su principal norte es velar por la transparen­cia, anticorrup­ción y que no haya impunidad.

“Hemos participad­o en todas las luchas que se generan, sobre todo junto a las Juntas de Vecinos. También hemos emplazado al Ayunta-

miento de Higüey, conjuntame­nte con El Falpo, en el cual se solicitó (explicació­n) de dónde proceden los arbitrios, una relación de gastos y entrada de los arbitrios de los últimos 10 años. Pero no hemos tenido respuestas”, indicó Hernández.

Además, dijo que en el caso de la construcci­ón del acueducto de Higüey están en una fase de que ya le entregaron los contratos, algunas partidas y adenda que ellos aportaron, pero falta la parte del presupuest­o y las cubicacion­es.

“A nivel nacional se firmará el documento del compromiso ciudadano con 7 puntos, entre ellos, cárcel para los corruptos, recuperaci­ón de lo robado, enjuiciami­ento al presidente, una Asamblea Constituye­nte, justicia independie­nte, entre otros. En Higüey habrá varios puntos para que los ciudadanos que deseen firmen”, destacó Hernández.

Intereses de la comunidad

Para el sociólogo Wilson Castillo, toda organizaci­ón social tiene su base de apoyo en una comunidad o un sector determinad­o. En ese sentido, las organizaci­ones comunitari­as aparecen como institució­n para defender los derechos de los comunitari­os, aunque hay que reconocer que esa es su función original que puede resultar diferente.

Dijo, además, que las organizaci­ones sociales deben representa­r los intereses de la comunidad, no los de partidos o de un líder político. Dijo que cuando eso sucede la organizaci­ón se convierte en un instrument­o o apéndice del partido que va perdiendo su credibilid­ad y legitimida­d

“En nuestro país han estado desarrollá­ndose unas serie de organizaci­ones políticas y de la sociedad civil, pero el problema fundamenta­l es que los partidos controlan la mayoría de estas organizaci­ones, generándos­e un serio problema de legitimida­d y de representa­ción. No es saludable para la democracia que los partidos tengan un control monopólico sobre las organizaci­ones sociales”, advirtió Castillo.

Puntualiza que de una u otra forma, algunas organizaci­ones sociales se relacionan con la política, porque se interesan en participar e influir en las decisiones de los partidos y del Estado.

Recienteme­nte, en el municipio de Higüey han surgido nuevos grupos u organizaci­ones sociales con la finalidad de motivar el empoderami­ento de los ciudadanos para que exijan a sus autoridade­s locales que funcionen, comO es el caso del movimiento “Rescatemos a Higüey y el Movimiento Cerrando Fila. Ambos grupos dentro de las actividade­s que realizan se destacan: conferenci­as enfocadas en temas municipale­s y operativos en comunidade­s.

Valoración

El ciudadano Carlos Mojica expresó que no cree que las organizaci­ones sociales de La Altagracia posean una representa­tividad positiva. “Es cierto que pueden llamar la atención en algunas cuestiones, pero su falta de articulaci­ón les impide conseguir objetivos comunes. Y eso se ha debido, en parte, a que mantienen un discurso agotado, como el de luchar por los mejores intereses de la provincia”, critica Mojica. Considera que lo que se necesita es acciones concretas y capacidad para convocar a la ciudadanía para conquistar su apoyo.

Mientras que la joven Carmen Reyes manifestó que Marcha Verde tiene buenas intencione­s y un buen enfoque, “pero algunos de sus dirigentes quieren aprovechar­lo para beneficio personal, o sea para promociona­rse, y se entiende que son más de lo mismo, aunque en el fondo no sea así. Aquí el Falpo y Poder Ciudadano están como en un limbo, sin cabeza y como que no tienen quien los dirija”.

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Una de las cadenas humanas que realizó Poder Ciudadano en Higüey.
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Adonay Encarnació­n, representa­nte del Falpo en La Altagracia.
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Elvis Hernández, representa­nte de Marcha Verde.

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