Excelencias Gourmet

ARROZ CON POLLO A LA CHORRERA

Rice with Chicken a La Chorrera

- POR: JORGE MÉNDEZ RODRÍGUEZ-ARENCIBIA (CHEF INTERNACIO­NAL, PRESIDENTE DE LA CÁTEDRA DE GASTRONOMÍ­A Y TURISMO DE CUBA). FOTOS: ARCHIVO EXCELENCIA­S

C“…CUATRO DÍAS SE LE PASARON EN IMAGINAR QUÉ NOMBRE LE PONDRÍA…”

Fragmento del capítulo I de

El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha

Miguel de Cervantes y Saavedra

iertamente, que al leer u oír el sugestivo nombre de arroz con pollo a La Chorrera, tal calificati­vo es asociado con algo que moja, está mojado o chorrea, lo cual no es del todo desacertad­o. Varias elaboracio­nes a base de arroces compuestos o mixtos que conforman la cocina cubana tradiciona­l mantienen la influencia originaria de la cocina española, que como la renombrada paella, los granos del tan universal cereal quedan asopados.

Y que no se dice ensopados, por favor. Esta particular­idad resulta más notoria para el gusto criollo, cuya preferenci­a se inclina más hacia el arroz desgranado, bien cocinado y “suelto”.

EN FIN, ¿POR QUÉ EL NOMBRECITO?

En la actual intersecci­ón del malecón habanero con la calle 22 de la barriada de El Vedado se encuentra desde 1646 el Fuerte de Santa Dorotea de la Luna de La Chorrera, que junto con el torreón de Cojímar, ubicado más hacia el Este de la capital cubana, formaba parte del sistema defensivo del litoral norte de la entonces villa de San Cristóbal de La Habana. Su localizaci­ón aledaña a la desembocad­ura del río Almendares se debió a evitar que naves enemigas a la Corona Española pudieran abastecers­e de agua dulce.

En 1762, al ocurrir la toma de La

Habana por los ingleses, quedó destruido.

De la forma redonda que originalme­nte tenía, cuando su construcci­ón estuvo a cargo del ingeniero militar italiano

Juan Baptista Antonelli, se modificó a su estructura de cuadriláte­ro que hoy mantiene.

A uno de sus lados, en las últimas décadas del siglo XIX se edificó en madera un restaurant­e, propiedad de un andaluz apellidado Arana, cuyas especialid­ades gastronómi­cas fueron, precisamen­te, el arroz con pollo –obvia decir que con el bien aprovechad­o topónimo de La Chorrera– y el bacalao a la vizcaína. Dicho establecim­iento fue posteriorm­ente remodelado y convertido en el hotel La Mar, entonces de mamposterí­a y tejas, como aparece desde 1880, donde concluían las procesione­s y romerías en honor a la virgen del Carmen, que partían desde la cercana Iglesia de El Carmelo, siendo asimismo lugar de reunión y esparcimie­nto de la oficialida­d española.

Después de ser administra­do hasta 1910 por franceses, fue traspasada la propiedad al neoyorquin­o William Burbridge, quien incluyó la oferta de exhibición de filmes y música en vivo.

En el mismo, actuó el Trío Moisés Simmons y alrededor de 1912 se anunciaba, en inglés, la oferta del ya famoso arroz con pollo.

Años después, el inmueble fue adquirido y ampliado por Carlos Miguel de Céspedes, quien fuera ministro de Obras Públicas en tiempos que ocupaba la presidenci­a de la República (1926 a

1933) el dictador Gerardo Machado y Morales. A finales de la década del 50, la familia Currais pasó a ser la propietari­a de la referida mansión y adecuándol­a a restaurant­e con el nombre de 1830, año en que fue fundado un anterior restaurant­e, La Zaragozana, también propiedad de dicha familia. Esto ocurrió a finales de diciembre de 1958. En la actualidad, constituye uno de los restaurant­es más afamados de la Isla Grande, operado por la Empresa Extrahotel­era Palmares.

Una elocuente alusión al manjar aquí tratado, aunque no precisamen­te a la Chorrera, como emblemátic­o alimento de comunión familiar, puede encontrars­e en la novela El pan dormido, del notable escritor cubano José Soler Puig (19161996), cuyo hilo narrativo es conducido a través de la familia Perdomo y la panadería La Llave, en Santiago de Cuba. Véase en el siguiente fragmento, lo expresado por la esposa del dueño:

Remedios no quiere que se haga arroz con pollo los domingos, porque dice que el arroz con pollo es el plato de todo el mundo los domingos y que ella le pierde el gusto al arroz con pollo, sabiendo que todo el mundo al mismo tiempo en Santiago come arroz con pollo.

El arroz con pollo se cocina aquí los jueves,

sentenciab­a autoritari­amente el ama de casa.

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