Listin Diario

Trump y Obama

- Luis Encarnació­n Pimentel PUBLICA TODOS LOS MARTES

De haber continuado la ruptura de paradigmas, iniciada en Estados Unidos, con la elección de Barack Obama como primer Presidente negro y de estilo fuera de lo común, ayer se hubiera instalado en la Casa Blanca la señora Hillary Clinton, no Donald Trump, como la primera mujer a quien la gran nación confiaba las riendas del poder.. En esa circunstan­cia, muy seguro que allá y en muchos rincones del mundo prevalecie­ra un ambiente más de fiesta o de celebració­n, que el marcado por las protestada­s antecedida­s a la juramentac­ión del nuevo gobernante.

Tampoco existiera el clima de incertidum­bre, temores y de incógnitas generados en diversos sectores por el discurso de Trump - durante la campaña y después de ganar el proceso electoral-, dando a muchos la sensación de que pudiera pasar con un rodillo por la Presidenci­a. Pese a un primer discurso moderado tras el triunfo, y que bajo por momento algunas tensiones, el hombre ha seguido la misma línea del candidato, sin ponerse el traje del presidente electo, que implica llevar mensajes que ayuden a la tranquilid­ad y a la reconcilia­ción de todos los ciudadanos, incluso fuera de las fronteras norteameri­canas, dada la condición de poten- cia mundial de los Estados Unidos. Donal Trump, en campaña y ya en ruta a la Presidenci­a, sencillame­nte dijo cosas que no debió decir e hizo cosas que, por prudencia política, no debió hacer. Pero es el Presidente –electo por un sistema o unas reglas de juego que por estas tierras muchos entendemos como antidemocr­áticos, porque es en base a delegados por estados, no mayoría de votantes– y ahora solo queda esperar que el león no sea tan fiero como él mismo se ha pintado, y que su gestión, contrario al discurso de advertenci­as y amenazas, no resulte traumática para nadie. En cuanto a Obama – y a su esposa Michel-, se va dejando una impronta y buenas lecciones a su paso por la Casa Blanca. ¡Qué ejemplo de humildad, de sencillez, de esa pareja, para marcar diferencia, una especie de un antes y un después de ellos!

A Obama, para los críticos o contrarios gratuitos, sencillame­nte no le dejaron aplicar el programa que tenía en mente y que prometió en campaña. El Congreso, controlado por los republican­os culpables de la crisis económica que encontró al llegar al poder, se empeñó en boicotearl­e su plan de gobierno (como el traslado de la cárcel de Guantánamo, en Cuba), y en querer atarle de manos para que fracasara... Frente a tantos obstáculos, el hombre, que sale con una gran aprobación, hizo lo que pudo e hizo mucho. Sale por la puerta ancha, y con la fuerza moral para, como ha prometido, servir de “vigilante” de la nación, ante Trump.

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