Las estatuas han crecido en RD
En 2009 Guillermo Liriano creó el primer Festival de Estatuas Vivas, el cual arriba este 2017 a su octava versión y se celebrará el 22 y 23 de septiembre.
Las estatuas vivas empezaron a verse en Santo Domingo en la Feria del Libro de 1998, luego de que el venezolano César Ruiz impartiera un taller para actores y actrices de Bellas Artes.
“Eso creó un revuelo tan grande (las estatuas) que en la feria se vio como un atractivo y siguió haciéndose. Quienes se prepararon con César Ruiz fueron reproductores de este arte, entre ellos estaban los actores Carlota Carretero y Basilio Nova”, explica el actor José Luis Fersola. Pero luego que terminaba la Feria del Libro no se veían más estatuas y el movimiento estaba estancado, explica Fersola. “Ahí es cuando llega otra fase en la que este tipo de arte callejero se empieza a ver en actividades y en las calles, aunque seguían siendo estatuas clásicas, que no se movían ni decían un discurso. Un tiempo después empezamos a hacer estatuas de movimiento, a tener un discurso para atraer y entretener más al públi- co”, sostiene el actor, quien se inició en este movimiento en 2005.
Y fue en 2009 cuando Gillermo Liriano creó el primer Festival de Estatuas Vivas, el cual arriba este 2017 a su octava versión y se celebrará el 22 y 23 de septiembre.
Según Liriano, “en estos años de festival nunca hemos tenido ningún problema con el público, la gente ha sido muy respetuosa, aporta monetariamente y hay una dinámica festiva”.
El inconveniente mayor que tiene el festival es el poco apoyo que recibe por instituciones del Estado, de las que aún espera respuesta de la ayuda solicitada el año pasado.
Formación
Liriano y Fersola coinciden en la idea de que el Estado debe invertir y preocuparse más por este tipo de arte, el cual ellos han llevado a Tenares, San Francisco de Macorís, Haina, La Romana, entre otros municipios; así mismo, se han introducido, de manera separada, en varios barrios de la capital.
“En el país deben existir academias dedicadas a este arte. No importa quién imparta las clases, lo que cuenta es que haya formación”, concluye Fersola.