El final de Trujillo y el ‘acabose’ del PLD
El nacer y morir aplica igual para los gobiernos, sin importar travesuras a contrapelo de la historia
Trujillo aterrorizó la población con su plataforma de persecución selectiva y su capítulo mediático (Foro Público y otros medios), mientras perseguía, asesinaba y encarcelaba opositores. Los asesinatos se sucedían a cualquier hora, simultáneos con prisiones infrahumanas, articuladas con un aparato “judicial” a la medida de cada víctima.
Aproximándose a tres décadas de tiranía, el trujillato entró en cuenta regresiva desde junio de 1959 cuando llegaron con valenía los héroes de la Raza Inmortal por Constanza, Maimón y Estero Hondo.
Las muertes a suma crueldad y las inmolaciones sellaron aquel acontecimiento político-militar con repercusiones estremecedoras para Trujillo, especialmente cuando emergió en férrea clandestinidad el Movimiento Revolucionario 14 de junio, resuelto a derrocar el régimen.
1960, noviembre 25: la cuenta regresiva de la tiranía devino en acentuado desplome cuando Trujillo ordenó asesinar a las tres hermanas, Minerva, Patria y María Teresa Mirabal y a Rufino de la Cruz.
En la atmósfera política se presentía la caída del tirano, pese a continuar el terror de las tres décadas..
1996: 45 años después, entra a gobernar un PLD sin escrúpulos y con doble cara ocultando intenciones absolutistas y garras de corruptos. Debieron transcurrir tres gestiones hasta que el cáncer del PLD hizo metástasis en todo el cuerpo gubernamental, tocando fondo marcado por Odebrecht.
Así late el “acabose” del PLD-gobierno.
Hoy están acorralados por una debilidad progresiva con señales de tres brazos, CORDE, el CEA y otras depravaciones. No tienen escapatoria. Su final es irreversible. El “acabose” del PLD-gobierno se agrava con múltiples frentes abiertos.
La cotidianidad morada a campo minado empeorará en función de la Marcha Verde como referencia a su ya histórico Libro Verde, integrándose un vigoroso movimiento social, pese a los riesgos y las ‘luces oscuras”
La marcha verde de 100,000 ciudadanos demanda mínimo un millón de firmas. Las actividades y firmas provinciales ensanchan las perspectivas, particularmente en Santiago, Puerto Plata y otras poblaciones.
Mientras tanto, se impone arreciar el “acabose” del PLD, sin prisa pero sin pausa.