Paz: el mejor regalo para mamá
El próximo domingo es el Día de las Madres. Es una de las fechas más celebradas pues, sin lugar a duda, mamá es la reina de la casa. Desde que perdí a mi adorada madre, doña Idalia, el último domingo de mayo dejó de tener importancia para mí como hija. Tuve que asumir la celebración como madre para que mis hijos Manuel Enrique y Dalia la disfruten conmigo. No quiero teñir esta conmemoración con el color oscuro de la política, pero no puedo dejar de decir que el mejor regalo que todas las madres dominicanas quisieran recibir el próximo día 28 es la paz social. Desafortunadamente, el panorama no promete nada al respecto y yo, de manera particular, les quiero hacer un merecido obsequio: darles un paseo por una ciudad fabulosa donde lo primero es que no hay que esperar un día específico para agradar a ese ser tan especial que todo lo da en su lucha por preservar la felicidad, cuidado y bienestar de sus hijos. Felices llegaron al lugar y lo material pasó a ser cosa del pasado. Nada de juegos de vasos, de un bonito vestido, de una salida a comer... Cambiaron todos los regalos que caracterizan la celebración por una sola cosa: paz. En aquel lugar fabuloso la vivieron a plenitud. Caminaron sin miedo por las calles del lugar, y durmieron sin preocupación y sin desvelarse esperando a que sus hijos llegaran, pues sabían que no importaba la hora: la seguridad allí es inquebrantable. El estar alojadas en residencias de puertas abiertas las hizo felices, y el saber que no había una lista de sobornados que les produjera impotencia las hacía sentir como en el paraíso. No se encontraron con políticos corruptos de esos que cambian la paz por el dinero mal habido y se burlan del pueblo en toda la extensión de la palabra. Lo único que lamento es que el paseo no fue lo suficientemente largo para que ellas disfrutaran de las maravillas de vivir alejadas de esta nación donde la corrupción y la impunidad se han vuelto las protagonistas del diario vivir sin reparar en el daño que están causando a la población, especialmente a las madres que todo lo sufren. Felicidades.